sábado, 10 de agosto de 2024

XIII. LA HEREJÍA SOFIANISTA Y LOS INTENTOS DE FEMINIZAR A DIOS

 Ludmila Perepiolkina


“Sophia” traducido del griego significa “Sabiduría Divina”. Tal como se utiliza en la Biblia, este término designa un atributo general de la Divinidad, Su autoridad omnisapiente, así como Su razón superior.

 

Los términos que personifican la Sabiduría, comúnmente utilizados en el Antiguo Testamento, particularmente en los pasajes que son afines al Nuevo Testamento y a la revelación de Cristo, fueron percibidos unánimemente por los Padres como la hipóstasis del Hijo de Dios. Por ejemplo, tal es la interpretación general de la Iglesia de las palabras sobre la Sabiduría contenidas en el Libro de Proverbios (9,1-9).

 

Las Actas de los Concilios Ecuménicos Primero, Tercero, Sexto y Séptimo atestiguan el hecho de que toda la Iglesia Ortodoxa aplicó el término Sabiduría Divina a la Segunda Hipóstasis Divina. Así, el Primer Concilio Ecuménico habló de la sabiduría inescrutable, “que creó todo lo creado”, de la sabiduría increada y no originaria, la sabiduría sin principio, es decir, de Cristo, porque Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios (1 Co. 1,24)[1].

 

En las Actas del Séptimo Concilio Ecuménico leemos: “Nuestro Señor Jesucristo, nuestro verdadero Dios, la Sabiduría autoexistente de Dios Padre, que se manifestó en la carne y, mediante su gran y divina dispensación (lit., economía) nos liberó de las trampas de la idolatría, vistiéndose de nuestra naturaleza, la restauró mediante la cooperación del Espíritu, que comparte su mente...” [2]

 

“Desde los tiempos más antiguos, muchos países ortodoxos han estado consagrando iglesias al Señor Jesucristo como la Sabiduría de Dios”. Este hecho también confirma que las palabras “Sabiduría de Dios” se refieren a la Segunda Hipóstasis Divina[3].

 

El arcipreste Michael Pomazansky señala el hecho de que, por lo general, los antiguos templos cristianos recibieron no pocas veces nombres de conceptos cristianos. Por lo que, en Calcedonia había una iglesia de Santa Irene, “no de la mártir Irene, sino de Irene, la paz de Cristo”, como se explica en el Chet'yi Mineyi (Las vidas de los santos en el orden de sus días de conmemoración) del 27 de enero. “En Constantinopla, el teólogo san Gregorio pronunció las famosas palabras sobre la Santísima Trinidad en el templo de Anastasia: no la mártir Anastasia, sino Anastasia, la Resurrección de Cristo. Así es también el templo de Paraskeva, no de la mártir Paraskeva, sino de Paraskeva-Viernes[4], el día del sufrimiento de nuestro Salvador y de su descenso a los infiernos (muy frecuentemente representado en los iconos antiguos)”.

 

“Por lo tanto”, dice el arcipreste M. Pomazansky, “la referencia de los sofiólogos a la tradición eclesiástica en Oriente para preservar la idea de Sofía, que se expresó en la construcción de los templos de Santa Sofía y en la pintura de iconos, resulta extremadamente forzada” (El arcipreste Michael Pomazansky “O zhizni, o vere, o Tserkvi” /Sobre la vida, la fe y la iglesia/, una colección de artículos, Segundo número, Jordanville, 1976, pág. 136).

 

La enseñanza de los Padres de la Iglesia sobre Jesucristo como la Sabiduría de Dios y este nombre de la Segunda Hipóstasis Divina fue percibida “como una verdad clara e indiscutible por toda la Iglesia universal”[5].

 

Sin embargo, la seudosabiduría de este mundo eligió ver en el término “Sofía” del Antiguo Testamento, a un ser personal espiritual especial

 

Los escritos de Vladimir Soloviev (1853 - 1900) han contribuido de muchas maneras a la difusión de la mitología sofiana en Rusia. Este brillante pensador ejerció una enorme influencia en la filosofía religiosa y el pensamiento teológico rusos. Su impacto es grande incluso hoy en día.

 

El concepto de Sofía ocupa un lugar excepcional en los escritos de Soloviev[6], donde sufrió todo tipo de metamorfosis. La asociaria con Cristo, “el alma del mundo” (Anima Mundi), y con la “humanidad universal ideal y eterna”, la Madre de Dios, y el “angel guardian del mundo”[7]. La Sofía (de Soloviev) adquirió también un aspecto espiritualmente cuestionable y completamente diferente: el de la feminidad eterna (Die ewige Weiblichkeit), que surgió sobre la base del romanticismo, la cábala rabínica y la tormentosa fantasía gnóstica.

 

Este aspecto femenino de Sofía tenía un significado personal especial para Soloviev. Fue una especie de experiencia mística de amor que lo acompañó toda su vida. “Sophia” inspiró no solo su poesía sino toda su creatividad filosófica. Para Soloviev la filosofia no era tanto un fenómeno especulativo sino un fenómeno místico-real (por paradójico que pueda parecer). Soloviev (como también más tarde el P. S. Bulgakov) tuvo una percepción visual de Sofía y en sus encuentros místicos describió su imagen en sus poemas líricos más íntimos, que posteriormente inspiraron a toda la generación de simbolistas rusos (A. Blok y A. Bely, en particular).

 

No hablaríamos de este evidente engaño espiritual y de este “romance” metafísico un tanto siniestro de Soloviev con “Sofía” si no hubieran perdurado en las enseñanzas de dos famosos pensadores teológicos del siglo XX: los sacerdotes Pavel Florensky y Sergei Bulgakov, que hoy tienen muchos seguidores en Rusia y en muchos otros países.

 

Estos discípulos y seguidores directos de Vladimir Soloviev han absorbido no sólo la ambigüedad gnóstico-panteísta de su maestro, sino también toda su “turbiedad de delirio erótico” (al decir del arcipreste Georgii Florovsky). En su reflexión intelectual sobre el Eterno Femenino, sobre Sofía, Florensky y Bulgakov han dejado muy atrás a Soloviev creando imágenes aún más blasfemas de ella. Si, según G. Florovsky, su maestro intentó crear una “síntesis eclesiástica a partir de una experiencia no eclesiástica” [8], estos dos predicadores del sofianismo fueron investidos de rango clerical.

 

El arzobispo Seraphim Sobolev habla de la doctrina sofista de Florensky y Bulgakov como una “enseñanza verdaderamente herética con una visión del mundo gnóstica y pagana”, que conduce al “caos dogmático”[9].

 

En lo que respecta a la teología de S. Bulgakov, este arzobispo escribe que “no es solo un desarrollo aberrante del pensamiento teológico”, sino también supone el pecado más grave. Según los Padres, el pecado más grave es el pecado contra la fe ortodoxa, porque no tiene sus raíces en las debilidades excusables de la naturaleza humana, sino que es un pecado de nuestra naturaleza espiritual que nos priva de la gracia del Espíritu Santo” [10]. Al ser una herejía, la enseñanza de Sofía, dice el arzobispo Serafín, “puede poner en peligro la existencia misma de la Iglesia Ortodoxa en la tierra, si no es refutada y condenada de manera decisiva por las más altas autoridades eclesiásticas[11].

 

Últimamente en Rusia se han difundido cada vez más las ideas sofianistas del sacerdote Pavel Florensky y del arcipreste Sergei Bulgakov. Para muchos, la cuestión de Sophia sigue sin estar del todo clara.

 

Por esta razón, es sumamente importante saber que el sofianismo fue condenado dos veces por decisión conciliar, como lo demuestran dos documentos:

 

1) Decreto del Patriarcado de Moscú de 24 de agosto de 1935, nº 93.

 

En este documento se dice lo siguiente: “Por nuestra decisión del 24 de agosto de 1935, núm. 93, se determinó:

 

i) La enseñanza del profesor y arcipreste S.N. Bulgakov - que, por su peculiar y arbitraria interpretación (sofiana), a menudo distorsiona los dogmas de la fe ortodoxa, que en algunos de sus puntos repite directamente falsas enseñanzas ya condenadas por decisiones conciliares de la Iglesia, y las posibles deducciones resultantes de las cuales podrían incluso resultar peligrosas para la vida espiritual - esta enseñanza debe ser reconocida como ajena a la Santa Iglesia Ortodoxa de Cristo, y todos sus fieles siervos e hijos deben ser advertidos contra la aceptación de esta enseñanza.

ii) Aquellos reverendos arciprestes ortodoxos, clérigos y laicos que hayan abrazado indiscretamente la enseñanza de Bulgakov y que la hayan promovido en sus predicaciones y obras, escritas o impresas, deben ser llamados a corregir los errores cometidos y a ser firmemente fieles a la “sana enseñanza”.

2) Decisión del Consejo Episcopal de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero, del 17 al 30 de octubre de 1935, sobre la nueva enseñanza del arcipreste Sergei Bulgakov sobre Sofía, la Sabiduría de Dios.

 

Los tres primeros puntos de esta Decisión establecen:

 

“i) Reconocer como heréticas las enseñanzas del Arcipreste Sergei Bulgakov sobre Sophia la Sabiduría de Dios.

 

ii) Informar al Metropolitano Yevlogy de esta Decisión del Concilio y pedirle que amoneste al Arcipreste Bulgakov con la intención de incitarle a renunciar públicamente a sus enseñanzas heréticas sobre Sophia y a hacer un informe sobre las consecuencias de dicha amonestación al Sínodo de Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero.

 

iii) En el caso de que el Arcipreste Bulgakov no se arrepienta, la presente Decisión del Concilio, que condena la herejía del sofianismo, sea dada a conocer a todas las Iglesias autocéfalas.”

 

Entre las obras que refutan la herejía del sofianismo hay que mencionar en primer lugar las obras de San Juan (Maximovitch)[12] y el libro del arzobispo Serafín (Sobolev) “Una nueva enseñanza sobre Sofía, la Sabiduría de Dios”, Sofía, 1935. Se trata de “la obra crítica más significativa del arzobispo Serafín sobre sofiología en el siglo XX, -- tanto por su volumen (525 páginas) como por su contenido (Obras Teológicas, 27, M., p. 61).

 

Aparte de este libro, el siempre memorable arzobispo Serafín dedicó otra obra más a este problema: “La defensa por el arcipreste S. Bulgakov de la herejía del sofianismo ante su condena por el Consejo Episcopal de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero”, Sofía, 1937.

 

Las obras antes mencionadas, escritas en un espíritu patrístico, demuelen por completo la herejía sofianista de Bulgakov y Florensky.

 

La decisión del Consejo Episcopal de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero que condenó la falsa enseñanza del arcipreste S. Bulgakov se basó en un análisis teológico muy serio realizado por los arzobispos Juan (Maximovitch) y Serafín (Sobolev). Por esta razón, la afirmación de los sofianistas de que los obispos que han declarado hereje a Bulgakov supuestamente no leyeron sus obras es una mentira endeble.

 

Otra mentira deliberada es la afirmación de un clérigo del Patriarcado de Moscú, Hegumen Andronik (Trubachev), pariente de Florensky y divulgador de sus ideas, de que “en la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero el homenaje a Florensky como mártir comenzó en 1981. Su nombre y su imagen figuran en el icono de los Nuevos Mártires. El P. Pavel es venerado especialmente como mártir por la Hermandad de San Germán de Alaska (California)...” (JMP, núm. 12, pág. 31)[13].

 

La Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero, a través de su primer jerarca, el metropolitano Vitaly, hizo la siguiente declaración sobre la supuesta glorificación del sacerdote Pavel Florensky: “En nombre del Consejo y Sínodo de los Obispos, la redacción del Mensajero anuncia categóricamente que la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero ni siquiera consideró ni se atrevió a hacer tal glorificación. Se ha producido un molesto error de carácter puramente iconográfico. En el icono de los Nuevos Mártires de Rusia se inscribió el nombre de Pavel Florensky, pero no su imagen.

 

Si se hace un análisis del   libro con título pretencioso del padre Pavel Florensky “La columna y una afirmación de la verdad” y de sus otras obras, entonces el lector ortodoxo se confrontara con la imagen de un alma (la de este sacerdote destacado) turbulenta que se lanzó al mar de la teología sin brújula y que navega hacia una meta que nadie conoce, incluido él mismo”.  (Metropolitan Vitaly, The Orthodox Messenger, publicación mensual de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero, Estados Unidos y Canadá, núm. 30/31, págs. 5 y 6).

 

El Patriarcado de Moscú ha popularizado las falsas enseñanzas del sacerdote Pavel Florensky y del arcipreste Sergei Bulgakov durante mucho tiempo. Muchos jerarcas del Patriarcado de Moscú han hablado y escrito sobre ellos; entre ellos se encuentran: el ahora patriarca Alejo II (discurso pronunciado en la 8ª Asamblea General de la KEC, JMP núm. 1, 1980), el metropolitano de Rostov y Novocherkassk Vladimir, exrector de la Academia de Teología de Moscú /MTA/ (tesis de maestría, véase Obras teológicas, colección 21; el discurso pronunciado en la MTA sobre la 22 de febrero de 1982, JMP núm. 4, 1982); metropolitano Filaret de Minsk y Grodno, exarca patriarcal de toda Bielorrusia, antiguo rector de la MTA; metropolitano Pitirim de Volokalamsk, presidente del Comité de Publicaciones del MP (Obras Teológicas, colección 5; JMP, núm. 4, 1969; JMP, núm. L, 1975, discurso pronunciado en Uppsala; JMP, núm. 4, 1982); metropolitano de Smolensk Kirill, ex rector de la Academia de Teología de Leningrado (ahora San Petersburgo) -LTA, JMP, núm. 7, 1982).

 

La lista de quienes pertenecen al Patriarcado de Moscú y escriben disculpándose sobre Florensky y Bulgakov puede ampliarse con muchos nombres de clérigos, profesores y profesores de la MTA y la LTA. Vamos a nombrar solo algunos de ellos: el archimandrita Platon (Igumenov), profesor de la MTA (tesis de un candidato, San Sergio y la Santísima Trinidad Lavra, 1979, JMP núm. 10, 1989); M.A. Starokadomsky (JMP, números 4, 8, 1969); arcipreste Ioann Kozlov, A.I. Georgievsky (La voz de la ortodoxia, núm. 2, 1971); el archimandrita Innokenty (Prosvirnin), el hegumen Andronik (Trubachev); el archimandrita Iannuary (Ivliev), el arcipreste Vladimir (Fedorov), ambos profesores en la Academia de Teología de San Petersburgo, y muchos otros clérigos del Patriarcado de Moscú.

 

La lista anterior es una prueba significativa del papel del MP en la causa de la difusión de las ideas sofianistas en Rusia.

 

Además, las personas de la Revista del Patriarcado de Moscú (JMP) que era, hasta hace poco, esencialmente la única lectura espiritual permitida por las autoridades soviéticas a los millones de personas ortodoxas de Rusia; por lo general, no solo carecían de educación teológica, sino que incluso carecían de la catequización básica. Y para empeorar aún más las cosas, las páginas de este journal han presentado durante varias décadas una imagen de “abominación desoladora”. El JMP predica, además del ecumenismo, todo tipo de falsas enseñanzas y simplemente herejías a los clérigos del MP y a muchas almas inocentes.

 

Y, probablemente, a la herejía del sofianismo se le concede el mayor honor. Esta herejía, bajo el pretexto de una sutil “creatividad teológica”, se impone a los estudiantes de las Academias de Teología y de los Seminarios, es decir, a los futuros sacerdotes y teólogos; es el tema de muchas disertaciones de másters y de candidatos; en la actualidad, gracias al ejemplo de MP, las revistas y periódicos laicos mencionan con frecuencia a Florensky y Bulgakov, y se discuten durante horas en la radio y la televisión.

 

¡La herejía del sofianismo ha penetrado tan profundamente en las mentes de los muchos clérigos del MP y de su rebaño, ha envenenado su conciencia hasta tal punto que no todos son capaces de liberarse de ella!

 

Se han escrito obras serias sobre el sofianismo que someten a esta falsa enseñanza espiritualmente peligrosa a críticas rigurosas. Debe enfatizarse que los sofianistas suelen distorsionar o silenciar persistentemente las críticas al sacerdote Pavel Florensky y al arcipreste Sergei Bulgakov[14].

 

La explicación de la esencia de la herejía sofianista está más allá del alcance de este ensayo. Remitimos al lector a la obra capital del Arzobispo Seraphim (Sobolev) “Una nueva enseñanza sobre Sophia, la Sabiduría de Dios” (Sofía, 1935) que expone la herejía del sofianismo y en base a la cual esta falsa enseñanza fue condenada por el Consejo de Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero.

 

El interés de este ensayo por esta herejía se da porque sus creadores, los sacerdotes Pavel Florensky y el arcipreste Sergei Bulgakov, introdujeron una cuarta hipóstasis femenina en la Trinidad Divina mediante  una enseñanza astutamente concebida sobre Sophia (enraizada en la filosofía pagana de Platón, en la enseñanza cabalística, así como en el gnosticismo condenado por la Iglesia, particularmente en el gnosticismo valentiniano y en una serie de otros gnósticos-teósofos posteriores). Unos pasos más y estaremos cerca de una “teología de la mujer” y de un sueño feminista ecuménico de “feminizar” a Dios. Ya se oyen voces que hablan de la “diosa-madre” junto a “Dios Padre” dentro del cristianismo. Así, en la 6ª Asamblea del CMI en Vancouver (1983), donde se legalizó el “sacerdocio” de las mujeres, muchos participantes “instaron a las mujeres a reemplazar la idea de Dios Padre por la de diosa-madre [15]. Y en 1993, las mujeres ecumenistas declararon a Sofía como su diosa y la adoraron (véase el capítulo VI).

 

Ya se han publicado nuevas “traducciones” de las Sagradas Escrituras que contienen formas gramaticales feminizadas. En las últimas décadas, la Santa Biblia a menudo ha sido objeto de distorsiones debido a “nuevas traducciones” al inglés y a otros idiomas.

 

Pero ninguna de estas “traducciones” ha introducido tantas blasfemias como la publicada por el CMI en 1983 y titulada “Leccionario de idiomas inclusivos”.

 

Para complacer a las feministas, el CMI decidió “librar” la Palabra de Dios del “sexismo” eliminando de la Santa Biblia todos los pasajes en los que se da “preferencia” al hombre y al sexo masculino.

 

En la nueva “traducción”, se han introducido cambios blasfemos incluso en frases tan inviolables como “Dios Padre”, que ahora se lee “Dios Padre/Madre”; el “Hijo del Hombre” se sustituye por el “Niño Humano”. El “Reino de Dios” se sustituye por las palabras “la Esfera de Dios”; “Señor”, que es de género masculino, se elimina de las Sagradas Escrituras y se sustituye por la palabra “Soberano”, que es de género neutro[16]. En lugar de “el Señor Dios”, la nueva “traducción” ofrece “Dios Soberano”.

 

En el libro del Génesis, donde se nos habla de la creación del hombre, la palabra “hombre” se sustituye por la palabra “humanidad”. A la mención de los patriarcas se añaden nombres de mujer: “Abraham nuestro padre/y Sara y Agar nuestras madres”.

 

En el Nuevo Testamento, donde los evangelistas hablan de los milagros de nuestro Salvador, los traductores ecuménicos dicen que Cristo curó a una “persona”. La oración sacerdotal del Salvador en la Última Cena, según San Juan, suena particularmente blasfema en esta traducción.

 

Para la compilación de su propia Biblia, el CMI estableció un comité encabezado por el luterano Victor Roland Gold. Estaba formado por tres hombres y seis mujeres, una de las cuales era monja católica. En el proceso de trabajo, uno de los miembros del Comité se fue porque pensó que “esta tarea iba más allá de los límites permitidos por su conciencia”.

 

Las palabras “Dios Padre” fueron las que más dificultades plantearon al Comité. Las feministas exigieron el uso de la palabra “Dios/diosa”, pero esto resultó inaceptable; la sugerencia de sustituirla por la palabra “padres” también parecía demasiado impersonal para estas innovadoras; por lo tanto, se les ocurrió el vergonzoso término “Dios, nuestro Padre/Madre”.

 

Los críticos de esta escandalosa obra, publicada con el título “Extractos de la Biblia”, tienen toda la razón al comentar que socava los fundamentos mismos del cristianismo al destruir por completo el dogma de la Santísima Trinidad.

 

Esta falsificación deliberada de las Sagradas Escrituras provocó fuertes protestas incluso en revistas y periódicos que están muy alejados de la religión, como el New York Times, Newsweek, Time, Human Events, etc.

 

A pesar de todas las protestas y críticas masivas, el CMI anunció que apoyaba plenamente el nuevo texto de la “traducción” de algunas partes de la Santa Biblia[17].

 

Por ello, no es de extrañar que los representantes de la “teología de la mujer” en la última VII Asamblea de Canberra se permitieran hablar de la Madre de Dios en términos familiares[18], o plantear una pregunta similar a la de la Dra. Margo Kessman de Alemania, “¿es Eva, que se esforzó por conocer, tan pecadora después de todo?” [19].

 

Cabe señalar que los “teólogos” del mencionado Instituto Teológico de París razonan de la misma manera. Así, uno de sus maestros, Nikolai Osorgin, al reflexionar sobre la Madre de Dios, sostiene: “Si llegamos al concepto de unidad de todas las mujeres a imagen de la Madre de Dios, en el orden del eterno presente que abarca todo lo que fue y no fue, entonces todas las mujeres (!) tienen la posibilidad (!) de convertirse en la Madre de Dios” [20].



PARA VER OTROS CAPITULOS DEL LIBRO HAGA CLIK AQUI: Ecumenismo camino a la perdición 




[1] "Deianiia Vselenskikh Soborov" (Las Actas de los Concilios Ecuménicos), Kazán, 1887, vol. Yo, págs.19-28.

[2] Ibíd., 1892, vol.VII.

[3] Arzobispo Serafín (Sobolev) "Novoe uchenie o Sofii Premudrosti Bozhiei" (La nueva enseñanza sobre Sofía, la Sabiduría de Dios), Sofía, 1935, p.121..

[4] Nota de traductor – Literalmente se traduce así “Paraskeva-Viernes”; “Paraskeva Pyatnitsa”

[5] ] Ibíd. pág.121.

[6] Ibíd. pág.121.

[7] Ludmila Perepiolkina, "Literaturno-kriticheskaia deiatelnost' Vladimira Solov'eva v sisteme ego filosofskikh idei" (Actividad literaria-crítica de Vladimir Soloviev en el sistema de sus ideas filosóficas). Tampere (Finlandia), 1995, pp.35-37, 196-199.

[8] Véanse, por ejemplo, obras de Vladimir Soloviev como "Chteniia of Bogochelovechestve" (Lecturas sobre la naturaleza de Dios-Hombre) /particularmente del séptimo lecturas en adelante/, Bruselas, 1969, pp. 295-304; "Smysl liubvi" (El significado del amor) y una serie de sus otras obras filosóficas y poéticas.

[9] Arzobispo Seraphim (Sobolev) "Novoe uchenie o Sofii" (La nueva enseñanza sobre Sofía), pág. 513.

[10] Arzobispo Serafín (Sobolev) "Zashchita sofianskoi eresi protoiereem S. Bulgakovym pred litsom Arkhiereiskago Sobora Russkoi Zarubezhnoi Tserkvi" (La defensa de la herejía del sofianismo por el protosacerdote S. Bulgakov ante el consejo episcopal ruso Iglesia en el Extranjero), Sofía, 1937, p.9.

[11] Ibíd

[12] Hieromonje Juan (Maximovitch). "Pochitanie Bogoroditsy i Ioanna Krestitelia i novoe napravlenie russkoi religiozno-filosofskoi mysli; Uchenie o Sofii, Premudrosti Bozhiei. (Veneración de la Madre de Dios y de Juan Bautista y una nueva dirección del pensamiento filosófico religioso ruso; Enseñanza sobre Sofía, la Sabiduría de Dios). Colección Pochitaniia Arkhiepiskopa Ioanna de Letopis (Maksimovicha Saint Herman of Alaska Brotherhood, Platina, California, 1980, págs. 15-142).

[13] En cuanto a la Hermandad de San Germpan de Alaska, donde según Hegumen Andronik "el padre Pavel es especialmente reverenciado", hay que decir que esta Hermandad ya no existe y que su antiguo jefe, Herman (Podmoshensky), ha sido privado del rango sacerdotal "por quebrantar una serie de reglas canónicas y por exhibir orgullo y vanidad y por ser desobediente a la autoridad eclesiástica a la que estaba canónicamente subordinado" (Acta N° 74 de la reunión relativa a la privación del rango sacerdotal de Hegumen Herman (Podmoshensky) de la Sección de Presbíteros del Consejo Diocesano de la Diócesis de América Occidental que tenía la autoridad de un Tribunal Espiritual, 16 de junio de 1988, bajo la presidencia de V. Rev. Laurus, Arzobispo de Siracusa y Santísima Trinidad. "The Church Life", Nueva York, 1988, N° 3-4, p. 80.) Aparte de eso, en las Actas de En el Tribunal Espiritual se dice que "el abad Herman abandonó voluntariamente la jurisdicción de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero, se unió a la jurisdicción no canónica de un tal metropolitano Pancracio y, mientras se encontraba bajo interdicto eclesiástico, comenzó a celebrar servicios divinos" (ibid. p.80).

Esto no impide que el Patriarcado de Moscú muestre signos de atención al hieromonje destituido Gleb Podmoshensky y popularice su periódico Russkii palomnik (El peregrino ruso) y otras obras, en las que se venga de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero.

No es sorprendente que Podmoshensky (el ex abad Herman) venere especialmente a Pavel Florensky y, a su vez, difunda las ideas sofianistas en Rusia.

[14] Entre los críticos de Florensky y Bulgakov, además del arzobispo Seraphim, es necesario mencionar a VN Lossky ("Spor o Sofii" /Debate sobre Sofía/, París, 1936), y al protopresbítero profesor George Florovsky ("Puti Russkago bogosloviia" /Los caminos de la teología rusa/, París, 1937).

Entre las obras críticas recientes, merece la pena mencionar el artículo "Iz istorii Novgorodskoi ikonografii" (De la historia de la iconografía de Nóvgorod) (Obras teológicas, col. 27, M., 1986, pp. 61-80). Este notable artículo fue firmado por el difunto Metropolitano Antonio (Mel'nikov). Sin embargo, antes de ser publicado en Obras teológicas -cuando todavía era un manuscrito Samizdat- el nombre de su autor fue designado con las iniciales NKG. Por lo que se sabe, este texto pertenece al profesor de la MTA Nikolai Gavrilovich Gavriushin. El Metropolitano Antonio, que era entonces presidente del colegio editorial de Obras teológicas, pudo publicar este artículo contra Florensky sólo como resultado de haber puesto su nombre debajo del mismo. De gran interés es el artículo de B. Yakovenko "Bogoslovsko-filosofskii modernizm sviashchennika Pavla Florenskogo v svete Pravoslaviia" (Modernismo teológico-filosófico del sacerdote Pavel Florenski a la luz de la ortodoxia), publicado en la revista Zemlia (La Tierra), nº 11, 1989; también publicado en la revista del Sínodo de los Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Exterior Tserkovnaia zhizn' (Vida de la Iglesia), nº 1-2, 1990, págs. 36-64). En este trabajo el autor, al analizar las obras del sacerdote Pavel Florenski, habla en particular del paganismo, de la herejía sofianista, de la "veneración del nombre de Dios", de la herejía de la "veneración de los iconos", de la magia, del ocultismo, del modernismo religioso y de otros aspectos de la doctrina de este heresiarca tan venerado por los liberales eclesiásticos.

[15] Profesor K. Galitis, "¡No se debe permitir que la mayoría protestante decida en nombre de los ortodoxos!", Orthodoxos Typos, No. 576, Atenas, 14.10.1986, p.4, col.5; comparar con Journal 6 of the Assembly of WCC Canvas, No. 14, Vancouver, 10.8.1983, p.2, col.4.

[16] Nota de traductor – Hay que tener en cuenta que la palabra Soberano en castellano posee género masculino, pero en idioma inglés, idioma utilizado en dicho este encuentro del CMI, la palabra Soberano que se traduce como “Sovereign” es de genero neutro

[17] Véase New York Times, 15.10.83; Newsweek, 24.10.83; en ruso el tema de las "nuevas traducciones" de la Biblia fue tratado varias veces en Pravoslavnaia Rus' (Rusia Ortodoxa) No. 21, 1/14 de noviembre de 1983, No.2, 15/28 de enero de 1984, publicado por la Imprenta de San Job de Pochaev, Monasterio de la Santísima Trinidad, Jordanville, EE.UU.

[18] Véase el artículo "Las mujeres quieren algo más que un cambio "tímido"" en el 7º Boletín de la Asamblea del CMI, Assembly Line No. 1, Canberra, 7-8.2.1991, pág. 3.

[19] Ibíd., pág. 3, co1.3

[20] Véase la entrevista concedida por Nikolai Osorgin a la revista Beseda (Discusión) No. 7, Leningrado-París, 1988, pág. 199.

CURSO DE SUPERVIVENCIA ORTODOXA; LA REVOLUCIÓN EN EL SIGLO XIX. Parte VII

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