Ludmila Perepiolkina
“Sophia”
traducido del griego significa “Sabiduría Divina”. Tal como se utiliza en la
Biblia, este término designa un atributo general de la Divinidad, Su autoridad
omnisapiente, así como Su razón superior.
Los términos
que personifican la Sabiduría, comúnmente utilizados en el Antiguo Testamento,
particularmente en los pasajes que son afines al Nuevo Testamento y a la
revelación de Cristo, fueron percibidos unánimemente por los Padres como la
hipóstasis del Hijo de Dios. Por ejemplo, tal es la interpretación general de
la Iglesia de las palabras sobre la Sabiduría contenidas en el Libro de
Proverbios (9,1-9).
Las Actas de
los Concilios Ecuménicos Primero, Tercero, Sexto y Séptimo atestiguan el hecho
de que toda la Iglesia Ortodoxa aplicó el término Sabiduría Divina a la Segunda
Hipóstasis Divina. Así, el Primer Concilio Ecuménico habló de la sabiduría
inescrutable, “que creó todo lo creado”, de la sabiduría increada y no
originaria, la sabiduría sin principio, es decir, de Cristo, porque Cristo es
el poder de Dios y la sabiduría de Dios (1 Co. 1,24)[1].
En las Actas
del Séptimo Concilio Ecuménico leemos: “Nuestro Señor Jesucristo, nuestro
verdadero Dios, la Sabiduría autoexistente de Dios Padre, que se manifestó en
la carne y, mediante su gran y divina dispensación (lit., economía) nos liberó de las trampas de la idolatría, vistiéndose de
nuestra naturaleza, la restauró mediante la cooperación del Espíritu, que
comparte su mente...” [2]
“Desde los
tiempos más antiguos, muchos países ortodoxos han estado consagrando iglesias
al Señor Jesucristo como la Sabiduría de Dios”. Este hecho también confirma que
las palabras “Sabiduría de Dios” se refieren a la Segunda Hipóstasis Divina[3].
El arcipreste
Michael Pomazansky señala el hecho de que, por lo general, los antiguos templos
cristianos recibieron no pocas veces nombres de conceptos cristianos. Por lo que, en Calcedonia había una iglesia
de Santa Irene, “no de la mártir Irene, sino de Irene, la paz de Cristo”, como
se explica en el Chet'yi Mineyi (Las vidas de los santos en el orden de sus
días de conmemoración) del 27 de enero. “En Constantinopla, el teólogo san
Gregorio pronunció las famosas palabras sobre la Santísima Trinidad en el
templo de Anastasia: no la mártir Anastasia, sino Anastasia, la Resurrección de
Cristo. Así es también el templo de Paraskeva, no de la mártir Paraskeva, sino
de Paraskeva-Viernes[4],
el día del sufrimiento de nuestro Salvador y de su descenso a los infiernos
(muy frecuentemente representado en los iconos antiguos)”.
“Por lo
tanto”, dice el arcipreste M. Pomazansky, “la referencia de los sofiólogos a la
tradición eclesiástica en Oriente para preservar la idea de Sofía, que se
expresó en la construcción de los templos de Santa Sofía y en la pintura de
iconos, resulta extremadamente forzada” (El arcipreste Michael Pomazansky “O
zhizni, o vere, o Tserkvi” /Sobre la vida, la fe y la iglesia/, una colección
de artículos, Segundo número, Jordanville, 1976, pág. 136).
La enseñanza
de los Padres de la Iglesia sobre Jesucristo como la Sabiduría de Dios y este
nombre de la Segunda Hipóstasis Divina fue percibida “como una verdad clara e
indiscutible por toda la Iglesia universal”[5].
Sin embargo,
la seudosabiduría de este mundo eligió ver en el término “Sofía” del Antiguo
Testamento, a un ser personal espiritual especial
Los escritos
de Vladimir Soloviev (1853 - 1900) han contribuido de muchas maneras a la
difusión de la mitología sofiana en Rusia. Este brillante pensador ejerció una
enorme influencia en la filosofía religiosa y el pensamiento teológico rusos.
Su impacto es grande incluso hoy en día.
El concepto de
Sofía ocupa un lugar excepcional en los escritos de Soloviev[6],
donde sufrió todo tipo de metamorfosis. La asociaria con Cristo, “el alma del
mundo” (Anima Mundi), y con la “humanidad universal ideal y eterna”, la Madre
de Dios, y el “angel guardian del mundo”[7].
La Sofía (de Soloviev) adquirió también un aspecto espiritualmente cuestionable
y completamente diferente: el de la feminidad eterna (Die ewige Weiblichkeit),
que surgió sobre la base del romanticismo, la cábala rabínica y la tormentosa
fantasía gnóstica.
Este aspecto
femenino de Sofía tenía un significado personal especial para Soloviev. Fue una
especie de experiencia mística de amor que lo acompañó toda su vida. “Sophia”
inspiró no solo su poesía sino toda su creatividad filosófica. Para Soloviev la
filosofia no era tanto un fenómeno especulativo sino un fenómeno místico-real
(por paradójico que pueda parecer). Soloviev (como también más tarde el P. S.
Bulgakov) tuvo una percepción visual de Sofía y en sus encuentros místicos
describió su imagen en sus poemas líricos más íntimos, que posteriormente
inspiraron a toda la generación de simbolistas rusos (A. Blok y A. Bely, en
particular).
No hablaríamos
de este evidente engaño espiritual y de este “romance” metafísico un tanto
siniestro de Soloviev con “Sofía” si no hubieran perdurado en las enseñanzas de
dos famosos pensadores teológicos del siglo XX: los sacerdotes Pavel Florensky
y Sergei Bulgakov, que hoy tienen muchos seguidores en Rusia y en muchos otros
países.
Estos
discípulos y seguidores directos de Vladimir Soloviev han absorbido no sólo la
ambigüedad gnóstico-panteísta de su maestro, sino también toda su “turbiedad de
delirio erótico” (al decir del arcipreste Georgii Florovsky). En su reflexión
intelectual sobre el Eterno Femenino, sobre Sofía, Florensky y Bulgakov han
dejado muy atrás a Soloviev creando imágenes aún más blasfemas de ella. Si,
según G. Florovsky, su maestro intentó crear una “síntesis eclesiástica a
partir de una experiencia no eclesiástica” [8],
estos dos predicadores del sofianismo fueron investidos de rango clerical.
El arzobispo
Seraphim Sobolev habla de la doctrina sofista de Florensky y Bulgakov como una
“enseñanza verdaderamente herética con una visión del mundo gnóstica y pagana”,
que conduce al “caos dogmático”[9].
En lo que
respecta a la teología de S. Bulgakov, este arzobispo escribe que “no es solo
un desarrollo aberrante del pensamiento teológico”, sino también supone el
pecado más grave. Según los Padres, el pecado más grave es el pecado contra la
fe ortodoxa, porque no tiene sus raíces en las debilidades excusables de la
naturaleza humana, sino que es un pecado de nuestra naturaleza espiritual que
nos priva de la gracia del Espíritu Santo” [10].
Al ser una herejía, la enseñanza de Sofía, dice el arzobispo Serafín, “puede
poner en peligro la existencia misma de la Iglesia Ortodoxa en la tierra, si no
es refutada y condenada de manera decisiva por las más altas autoridades
eclesiásticas[11].
Últimamente en
Rusia se han difundido cada vez más las ideas sofianistas del sacerdote Pavel
Florensky y del arcipreste Sergei Bulgakov. Para muchos, la cuestión de Sophia
sigue sin estar del todo clara.
Por esta
razón, es sumamente importante saber que el sofianismo fue condenado dos veces
por decisión conciliar, como lo demuestran dos documentos:
1) Decreto del Patriarcado de Moscú de 24 de
agosto de 1935, nº 93.
En este
documento se dice lo siguiente: “Por nuestra decisión del 24 de agosto de 1935,
núm. 93, se determinó:
i) La
enseñanza del profesor y arcipreste S.N. Bulgakov - que, por su peculiar y
arbitraria interpretación (sofiana), a menudo distorsiona los dogmas de la fe
ortodoxa, que en algunos de sus puntos repite directamente falsas enseñanzas ya
condenadas por decisiones conciliares de la Iglesia, y las posibles deducciones
resultantes de las cuales podrían incluso resultar peligrosas para la vida
espiritual - esta enseñanza debe ser reconocida como ajena a la Santa Iglesia
Ortodoxa de Cristo, y todos sus fieles siervos e hijos deben ser advertidos
contra la aceptación de esta enseñanza.
ii)
Aquellos reverendos arciprestes ortodoxos, clérigos y laicos que hayan abrazado
indiscretamente la enseñanza de Bulgakov y que la hayan promovido en sus
predicaciones y obras, escritas o impresas, deben ser llamados a corregir los
errores cometidos y a ser firmemente fieles a la “sana enseñanza”.
2) Decisión del Consejo Episcopal de la Iglesia
Ortodoxa Rusa en el Extranjero, del 17 al 30 de octubre de 1935, sobre la nueva
enseñanza del arcipreste Sergei Bulgakov sobre Sofía, la Sabiduría de Dios.
Los tres
primeros puntos de esta Decisión establecen:
“i) Reconocer
como heréticas las enseñanzas del
Arcipreste Sergei Bulgakov sobre Sophia la Sabiduría de Dios.
ii) Informar
al Metropolitano Yevlogy de esta Decisión del Concilio y pedirle que amoneste
al Arcipreste Bulgakov con la intención de incitarle a renunciar públicamente a
sus enseñanzas heréticas sobre Sophia y a hacer un informe sobre las
consecuencias de dicha amonestación al Sínodo de Obispos de la Iglesia Ortodoxa
Rusa en el Extranjero.
iii) En el
caso de que el Arcipreste Bulgakov no se arrepienta, la presente Decisión del
Concilio, que condena la herejía del sofianismo, sea dada a conocer a todas las
Iglesias autocéfalas.”
Entre las
obras que refutan la herejía del sofianismo hay que mencionar en primer lugar
las obras de San Juan (Maximovitch)[12]
y el libro del arzobispo Serafín (Sobolev) “Una nueva enseñanza sobre Sofía, la
Sabiduría de Dios”, Sofía, 1935. Se trata de “la obra crítica más significativa
del arzobispo Serafín sobre sofiología en el siglo XX, -- tanto por su volumen
(525 páginas) como por su contenido (Obras
Teológicas, 27, M., p. 61).
Aparte de este
libro, el siempre memorable arzobispo Serafín dedicó otra obra más a este
problema: “La defensa por el arcipreste S. Bulgakov de la herejía del
sofianismo ante su condena por el Consejo Episcopal de la Iglesia Ortodoxa Rusa
en el Extranjero”, Sofía, 1937.
Las obras
antes mencionadas, escritas en un espíritu patrístico, demuelen por completo la
herejía sofianista de Bulgakov y Florensky.
La decisión
del Consejo Episcopal de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero que condenó
la falsa enseñanza del arcipreste S. Bulgakov se basó en un análisis teológico muy serio realizado por los
arzobispos Juan (Maximovitch) y Serafín (Sobolev). Por esta razón, la
afirmación de los sofianistas de que los obispos que han declarado hereje a
Bulgakov supuestamente no leyeron sus obras es una mentira endeble.
Otra mentira
deliberada es la afirmación de un clérigo del Patriarcado de Moscú, Hegumen
Andronik (Trubachev), pariente de Florensky y divulgador de sus ideas, de que
“en la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero el homenaje a Florensky como
mártir comenzó en 1981. Su nombre y su imagen figuran en el icono de los Nuevos
Mártires. El P. Pavel es venerado especialmente como mártir por la Hermandad de
San Germán de Alaska (California)...” (JMP, núm. 12, pág. 31)[13].
La Iglesia
Ortodoxa Rusa en el Extranjero, a través de su primer jerarca, el metropolitano
Vitaly, hizo la siguiente declaración sobre la supuesta glorificación del
sacerdote Pavel Florensky: “En nombre del Consejo y Sínodo de los Obispos, la
redacción del Mensajero anuncia categóricamente que la Iglesia Ortodoxa Rusa
en el Extranjero ni siquiera consideró ni se atrevió a hacer tal glorificación.
Se ha producido un molesto error de carácter puramente iconográfico. En el
icono de los Nuevos Mártires de Rusia se inscribió el nombre de Pavel
Florensky, pero no su imagen.
Si se hace un
análisis del libro con título
pretencioso del padre Pavel Florensky “La columna y una afirmación de la
verdad” y de sus otras obras, entonces el lector ortodoxo se confrontara con la
imagen de un alma (la de este sacerdote destacado) turbulenta que se lanzó al
mar de la teología sin brújula y que navega hacia una meta que nadie conoce,
incluido él mismo”. (Metropolitan
Vitaly, The Orthodox Messenger, publicación mensual de la
Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero, Estados Unidos y Canadá, núm. 30/31,
págs. 5 y 6).
El Patriarcado
de Moscú ha popularizado las falsas enseñanzas del sacerdote Pavel Florensky y
del arcipreste Sergei Bulgakov durante mucho tiempo. Muchos jerarcas del
Patriarcado de Moscú han hablado y escrito sobre ellos; entre ellos se
encuentran: el ahora patriarca Alejo II (discurso pronunciado en la 8ª Asamblea
General de la KEC, JMP núm. 1, 1980), el metropolitano de Rostov y
Novocherkassk Vladimir, exrector de la Academia de Teología de Moscú /MTA/
(tesis de maestría, véase Obras teológicas, colección 21; el discurso
pronunciado en la MTA sobre la 22 de febrero de 1982, JMP núm. 4, 1982);
metropolitano Filaret de Minsk y Grodno, exarca patriarcal de toda Bielorrusia,
antiguo rector de la MTA; metropolitano Pitirim de Volokalamsk, presidente del
Comité de Publicaciones del MP (Obras Teológicas, colección 5; JMP, núm. 4,
1969; JMP, núm. L, 1975, discurso pronunciado en Uppsala; JMP, núm. 4, 1982);
metropolitano de Smolensk Kirill, ex rector de la Academia de Teología de
Leningrado (ahora San Petersburgo) -LTA, JMP, núm. 7, 1982).
La lista de
quienes pertenecen al Patriarcado de Moscú y escriben disculpándose sobre
Florensky y Bulgakov puede ampliarse con muchos nombres de clérigos, profesores
y profesores de la MTA y la LTA. Vamos a nombrar solo algunos de ellos: el
archimandrita Platon (Igumenov), profesor de la MTA (tesis de un candidato, San
Sergio y la Santísima Trinidad Lavra, 1979, JMP núm. 10, 1989); M.A.
Starokadomsky (JMP, números 4, 8, 1969); arcipreste Ioann Kozlov, A.I.
Georgievsky (La voz de la ortodoxia, núm. 2, 1971); el archimandrita Innokenty
(Prosvirnin), el hegumen Andronik (Trubachev); el archimandrita Iannuary
(Ivliev), el arcipreste Vladimir (Fedorov), ambos profesores en la Academia de
Teología de San Petersburgo, y muchos otros clérigos del Patriarcado de Moscú.
La lista
anterior es una prueba significativa del papel del MP en la causa de la
difusión de las ideas sofianistas en Rusia.
Además, las
personas de la Revista del Patriarcado
de Moscú (JMP) que era, hasta hace poco, esencialmente la única lectura
espiritual permitida por las autoridades soviéticas a los millones de personas
ortodoxas de Rusia; por lo general, no solo carecían de educación teológica,
sino que incluso carecían de la catequización básica. Y para empeorar aún más
las cosas, las páginas de este journal han presentado durante varias décadas
una imagen de “abominación desoladora”. El JMP predica, además del ecumenismo,
todo tipo de falsas enseñanzas y simplemente herejías a los clérigos del MP y a
muchas almas inocentes.
Y,
probablemente, a la herejía del sofianismo se le concede el mayor honor. Esta
herejía, bajo el pretexto de una sutil “creatividad teológica”, se impone a los
estudiantes de las Academias de Teología y de los Seminarios, es decir, a los
futuros sacerdotes y teólogos; es el tema de muchas disertaciones de másters y
de candidatos; en la actualidad, gracias al ejemplo de MP, las revistas y
periódicos laicos mencionan con frecuencia a Florensky y Bulgakov, y se
discuten durante horas en la radio y la televisión.
¡La herejía
del sofianismo ha penetrado tan profundamente en las mentes de los muchos
clérigos del MP y de su rebaño, ha envenenado su conciencia hasta tal punto que
no todos son capaces de liberarse de ella!
Se han escrito
obras serias sobre el sofianismo que someten a esta falsa enseñanza
espiritualmente peligrosa a críticas rigurosas. Debe enfatizarse que los
sofianistas suelen distorsionar o silenciar persistentemente las críticas al
sacerdote Pavel Florensky y al arcipreste Sergei Bulgakov[14].
La explicación
de la esencia de la herejía sofianista está más allá del alcance de este
ensayo. Remitimos al lector a la obra capital del Arzobispo Seraphim (Sobolev)
“Una nueva enseñanza sobre Sophia, la Sabiduría de Dios” (Sofía, 1935) que
expone la herejía del sofianismo y en base a la cual esta falsa enseñanza fue
condenada por el Consejo de Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el
Extranjero.
El interés de
este ensayo por esta herejía se da porque sus creadores, los sacerdotes Pavel
Florensky y el arcipreste Sergei Bulgakov, introdujeron una cuarta hipóstasis
femenina en la Trinidad Divina mediante
una enseñanza astutamente concebida sobre Sophia (enraizada en la
filosofía pagana de Platón, en la enseñanza cabalística, así como en el
gnosticismo condenado por la Iglesia, particularmente en el gnosticismo
valentiniano y en una serie de otros gnósticos-teósofos posteriores). Unos
pasos más y estaremos cerca de una “teología de la mujer” y de un sueño
feminista ecuménico de “feminizar” a Dios. Ya se oyen voces que hablan de la “diosa-madre” junto a “Dios Padre” dentro del cristianismo.
Así, en la 6ª Asamblea del CMI en Vancouver (1983), donde se legalizó el
“sacerdocio” de las mujeres, muchos participantes “instaron a las mujeres a
reemplazar la idea de Dios Padre por la de diosa-madre [15].
Y en 1993, las mujeres ecumenistas declararon a Sofía como su diosa y la
adoraron (véase el capítulo VI).
Ya se han
publicado nuevas “traducciones” de las Sagradas Escrituras que contienen formas
gramaticales feminizadas. En las últimas décadas, la Santa Biblia a menudo ha
sido objeto de distorsiones debido a “nuevas traducciones” al inglés y a otros
idiomas.
Pero ninguna
de estas “traducciones” ha introducido tantas blasfemias como la publicada por
el CMI en 1983 y titulada “Leccionario de idiomas inclusivos”.
Para complacer
a las feministas, el CMI decidió “librar” la Palabra de Dios del “sexismo”
eliminando de la Santa Biblia todos los pasajes en los que se da “preferencia”
al hombre y al sexo masculino.
En la nueva
“traducción”, se han introducido cambios blasfemos incluso en frases tan
inviolables como “Dios Padre”, que ahora se lee “Dios Padre/Madre”; el “Hijo del
Hombre” se sustituye por el “Niño Humano”. El “Reino de Dios” se sustituye por
las palabras “la Esfera de Dios”; “Señor”, que es de género masculino, se
elimina de las Sagradas Escrituras y se sustituye por la palabra “Soberano”,
que es de género neutro[16].
En lugar de “el Señor Dios”, la nueva “traducción” ofrece “Dios Soberano”.
En el libro
del Génesis, donde se nos habla de la creación del hombre, la palabra “hombre”
se sustituye por la palabra “humanidad”. A la mención de los patriarcas se
añaden nombres de mujer: “Abraham nuestro padre/y Sara y Agar nuestras madres”.
En el Nuevo
Testamento, donde los evangelistas hablan de los milagros de nuestro Salvador,
los traductores ecuménicos dicen que Cristo curó a una “persona”. La oración
sacerdotal del Salvador en la Última Cena, según San Juan, suena
particularmente blasfema en esta traducción.
Para la
compilación de su propia Biblia, el CMI estableció un comité encabezado por el
luterano Victor Roland Gold. Estaba formado por tres hombres y seis mujeres, una
de las cuales era monja católica. En el proceso de trabajo, uno de los miembros
del Comité se fue porque pensó que “esta tarea iba más allá de los límites
permitidos por su conciencia”.
Las palabras
“Dios Padre” fueron las que más dificultades plantearon al Comité. Las
feministas exigieron el uso de la palabra “Dios/diosa”, pero esto resultó
inaceptable; la sugerencia de sustituirla por la palabra “padres” también
parecía demasiado impersonal para estas innovadoras; por lo tanto, se les
ocurrió el vergonzoso término “Dios, nuestro Padre/Madre”.
Los críticos
de esta escandalosa obra, publicada con el título “Extractos de la Biblia”,
tienen toda la razón al comentar que socava
los fundamentos mismos del cristianismo al destruir por completo el dogma de la
Santísima Trinidad.
Esta
falsificación deliberada de las Sagradas Escrituras provocó fuertes protestas
incluso en revistas y periódicos que están muy alejados de la religión, como el
New York Times, Newsweek, Time, Human
Events, etc.
A pesar de
todas las protestas y críticas masivas, el CMI anunció que apoyaba plenamente
el nuevo texto de la “traducción” de algunas partes de la Santa Biblia[17].
Por ello, no
es de extrañar que los representantes de la “teología de la mujer” en la última
VII Asamblea de Canberra se permitieran hablar de la Madre de Dios en términos
familiares[18],
o plantear una pregunta similar a la de la Dra. Margo Kessman de Alemania, “¿es
Eva, que se esforzó por conocer, tan pecadora después de todo?” [19].
Cabe señalar
que los “teólogos” del mencionado Instituto Teológico de París razonan de la
misma manera. Así, uno de sus maestros, Nikolai Osorgin, al reflexionar sobre
la Madre de Dios, sostiene: “Si llegamos al concepto de unidad de todas las
mujeres a imagen de la Madre de Dios, en el orden del eterno presente que
abarca todo lo que fue y no fue, entonces todas las mujeres (!) tienen la
posibilidad (!) de convertirse en la Madre de Dios” [20].
[1] "Deianiia Vselenskikh
Soborov" (Las Actas de los Concilios Ecuménicos), Kazán, 1887, vol. Yo,
págs.19-28.
[2] Ibíd., 1892, vol.VII.
[3] Arzobispo Serafín (Sobolev)
"Novoe uchenie o Sofii Premudrosti Bozhiei" (La nueva enseñanza sobre
Sofía, la Sabiduría de Dios), Sofía, 1935, p.121..
[4] Nota de traductor – Literalmente se traduce así “Paraskeva-Viernes”; “Paraskeva
Pyatnitsa”
[5] ] Ibíd. pág.121.
[6] Ibíd. pág.121.
[7] Ludmila Perepiolkina,
"Literaturno-kriticheskaia deiatelnost' Vladimira Solov'eva v sisteme ego
filosofskikh idei" (Actividad literaria-crítica de Vladimir Soloviev en el
sistema de sus ideas filosóficas). Tampere (Finlandia), 1995, pp.35-37,
196-199.
[8] Véanse, por ejemplo, obras de
Vladimir Soloviev como "Chteniia of Bogochelovechestve" (Lecturas
sobre la naturaleza de Dios-Hombre) /particularmente del séptimo lecturas en
adelante/, Bruselas, 1969, pp. 295-304; "Smysl liubvi" (El
significado del amor) y una serie de sus otras obras filosóficas y poéticas.
[9] Arzobispo Seraphim (Sobolev)
"Novoe uchenie o Sofii" (La nueva enseñanza sobre Sofía), pág. 513.
[10] Arzobispo Serafín (Sobolev)
"Zashchita sofianskoi eresi protoiereem S. Bulgakovym pred litsom
Arkhiereiskago Sobora Russkoi Zarubezhnoi Tserkvi" (La defensa de la
herejía del sofianismo por el protosacerdote S. Bulgakov ante el consejo
episcopal ruso Iglesia en el Extranjero), Sofía, 1937, p.9.
[11] Ibíd
[12] Hieromonje Juan (Maximovitch).
"Pochitanie Bogoroditsy i Ioanna Krestitelia i novoe napravlenie russkoi
religiozno-filosofskoi mysli; Uchenie o Sofii, Premudrosti Bozhiei. (Veneración
de la Madre de Dios y de Juan Bautista y una nueva dirección del pensamiento
filosófico religioso ruso; Enseñanza sobre Sofía, la Sabiduría de Dios).
Colección Pochitaniia Arkhiepiskopa Ioanna de Letopis (Maksimovicha Saint
Herman of Alaska Brotherhood, Platina, California, 1980, págs. 15-142).
[13] En cuanto a la Hermandad de San Germpan de Alaska, donde según Hegumen Andronik "el padre Pavel es especialmente reverenciado", hay que decir que esta Hermandad ya no existe y que su antiguo jefe, Herman (Podmoshensky), ha sido privado del rango sacerdotal "por quebrantar una serie de reglas canónicas y por exhibir orgullo y vanidad y por ser desobediente a la autoridad eclesiástica a la que estaba canónicamente subordinado" (Acta N° 74 de la reunión relativa a la privación del rango sacerdotal de Hegumen Herman (Podmoshensky) de la Sección de Presbíteros del Consejo Diocesano de la Diócesis de América Occidental que tenía la autoridad de un Tribunal Espiritual, 16 de junio de 1988, bajo la presidencia de V. Rev. Laurus, Arzobispo de Siracusa y Santísima Trinidad. "The Church Life", Nueva York, 1988, N° 3-4, p. 80.) Aparte de eso, en las Actas de En el Tribunal Espiritual se dice que "el abad Herman abandonó voluntariamente la jurisdicción de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero, se unió a la jurisdicción no canónica de un tal metropolitano Pancracio y, mientras se encontraba bajo interdicto eclesiástico, comenzó a celebrar servicios divinos" (ibid. p.80).
Esto no impide que el Patriarcado de Moscú muestre signos de atención al hieromonje destituido Gleb Podmoshensky y popularice su periódico Russkii palomnik (El peregrino ruso) y otras obras, en las que se venga de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero.
No es sorprendente que Podmoshensky (el ex abad Herman) venere especialmente a Pavel Florensky y, a su vez, difunda las ideas sofianistas en Rusia.
[14] Entre los críticos de
Florensky y Bulgakov, además del arzobispo Seraphim, es necesario mencionar a
VN Lossky ("Spor o Sofii" /Debate sobre Sofía/, París, 1936), y al
protopresbítero profesor George Florovsky ("Puti Russkago bogosloviia"
/Los caminos de la teología rusa/, París, 1937).
Entre
las obras críticas recientes, merece la pena mencionar el artículo "Iz
istorii Novgorodskoi ikonografii" (De la historia de la iconografía de
Nóvgorod) (Obras teológicas, col. 27, M., 1986, pp. 61-80). Este notable
artículo fue firmado por el difunto Metropolitano Antonio (Mel'nikov). Sin
embargo, antes de ser publicado en Obras teológicas -cuando todavía era un
manuscrito Samizdat- el nombre de su autor fue designado con las iniciales NKG.
Por lo que se sabe, este texto pertenece al profesor de la MTA Nikolai
Gavrilovich Gavriushin. El Metropolitano Antonio, que era entonces presidente
del colegio editorial de Obras teológicas, pudo publicar este artículo contra
Florensky sólo como resultado de haber puesto su nombre debajo del mismo. De
gran interés es el artículo de B. Yakovenko "Bogoslovsko-filosofskii
modernizm sviashchennika Pavla Florenskogo v svete Pravoslaviia"
(Modernismo teológico-filosófico del sacerdote Pavel Florenski a la luz de la
ortodoxia), publicado en la revista Zemlia (La Tierra), nº 11, 1989; también
publicado en la revista del Sínodo de los Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa
en el Exterior Tserkovnaia zhizn' (Vida de la Iglesia), nº 1-2, 1990, págs.
36-64). En este trabajo el autor, al analizar las obras del sacerdote Pavel
Florenski, habla en particular del paganismo, de la herejía sofianista, de la
"veneración del nombre de Dios", de la herejía de la "veneración
de los iconos", de la magia, del ocultismo, del modernismo religioso y de
otros aspectos de la doctrina de este heresiarca tan venerado por los liberales
eclesiásticos.
[15] Profesor K. Galitis, "¡No se debe permitir que la mayoría protestante decida en nombre de los ortodoxos!", Orthodoxos Typos, No. 576, Atenas, 14.10.1986, p.4, col.5; comparar con Journal 6 of the Assembly of WCC Canvas, No. 14, Vancouver, 10.8.1983, p.2, col.4.
[16] Nota de traductor – Hay que
tener en cuenta que la palabra Soberano en castellano posee género masculino,
pero en idioma inglés, idioma utilizado en dicho este encuentro del CMI, la
palabra Soberano que se traduce como “Sovereign” es de genero neutro
[17] Véase New York Times, 15.10.83; Newsweek, 24.10.83; en ruso el tema de las "nuevas traducciones" de la Biblia fue tratado varias veces en Pravoslavnaia Rus' (Rusia Ortodoxa) No. 21, 1/14 de noviembre de 1983, No.2, 15/28 de enero de 1984, publicado por la Imprenta de San Job de Pochaev, Monasterio de la Santísima Trinidad, Jordanville, EE.UU.
[18] Véase el artículo "Las
mujeres quieren algo más que un cambio "tímido"" en el 7º
Boletín de la Asamblea del CMI, Assembly Line No. 1, Canberra, 7-8.2.1991, pág.
3.
[19] Ibíd., pág. 3, co1.3
[20] Véase la entrevista concedida
por Nikolai Osorgin a la revista Beseda (Discusión) No. 7, Leningrado-París,
1988, pág. 199.