lunes, 8 de abril de 2024

LA TORRE DE BABEL Y LA SABIDURIA PRIMORIDAL

arcipreste Lev Lebedev 

 


¿cómo comenzó todo? 

La primera causa, por supuesto, es la caída en el pecado de los antepasados. Luego siguió Caín, quien mató a Abel, y luego la humanidad apóstata antes del diluvio Luego, después del diluvio, la torre de Babel, es decir, el intento de construir una ciudad y una torre cuya cima está en los cielos, como para hacerse de un nombre, antes de esparcirse por la tierra [Génesis 11.4]. ¡Una empresa muy interesante! A la gente y a Nimrod no les gustaba el nombre que Dios les dio.  Ellos buscaban crearse un nombre para ellos mismos. Pero el único creador verdadero (el que propiamente dicho puede crear) es Dios. Eso significa que lo que subyace aquí fue lo mismo que lo que fue en la primera tentación de la serpiente diabólica: Seréis como dioses… (Génesis 3.4). Pero la divinidad es omnipotencia y bienaventuranza. Por lo tanto, alcanzar la 'omnipotencia' y el construir para uno mismo aquí, en la existencia terrenal, una semejanza de la 'bienaventuranza total' paradisíaca, es la idea de la ciudad y la torre cuya cima está en los cielos. La gente de la antigüedad (a diferencia de la gente contemporánea) sabía bien que la torre material no podía alcanzar la esfera inmaterial del Cielo espiritual. Así que no la construyeron para poder ascender así al Paraíso. (Después de todo, ya habían decidido dispersarse sobre la faz de la tierra) La construyeron, como ya dijimos al principio, con motivo de recibir la potencia (energía) de los demonios aéreos y adquirir a través de estas energías para sí tanto el 'poder' como 'la vida del paraíso' a pesar del decreto de Dios con respecto a la humanidad caída dañada por el pecado. En otras palabras, ellos en esta apostasía y resistencia a Dios decidieron en recurrir a la ayuda del diablo y sus ángeles. En las circunstancias dadas, lo que es interesante es la organización consciente de un ingente número de gentes en una sola comunidad, idea que penetro y que era apercibida por 'las masas'; en un trabajo común (en latín – res publica)

No es difícil imaginar cuánto conocimiento fue puesto para tal grandiosa construcción: conocimiento matemático, de ingeniería, arquitectónico, astronómico, demonológico, etc., y por último, el conocimiento social. Porque era necesario organizar una enorme comunidad de hombres según especialidades, sectores y equipos; fundar una jerarquía de líderes, maestros artesanos, artesanos, aprendices; un sistema de recompensas y castigos, etc. La ciudad y torre fue una síntesis de las más variadas ciencias y conocimientos. Este último, además, tenía que ser conocimiento 'puro', es decir, 'purificado' de toda idea de la presencia Divina..., pero basado exclusivamente en las propiedades y regularidades de las cosas y sus interrelaciones, sus vínculos causales aislados de Dios, separados de Él... La fuente de este conocimiento es bien conocida: es la razón fría y sin gracia del diablo. Luego, en la base de todo esto, tuvo que establecerse la adoración del diablo y la adoración del demonio en una forma clara u oculta, que luego se manifestó vívidamente en el paganismo. ¡Y no solo en el paganismo!

 Sin embargo, no toda la humanidad aceptó participar en la construcción de la torre. Nuestro Relato de los años pasados ruso (La Crónica de Néstor), apoyándose en la crónica de Jorge Amartolo (1), dice que el justo Heber ('de él salieron los hebreos') se negó a participar en la empresa. Y los armenios y algunas otras crónicas agregan que ciertos jafetitas también se negaron, por lo que tuvo lugar una guerra entre ellos y Nimrod.

 Sin embargo, a través de algún pueblo o  lengua tenia que llevarse como testimonio la verdad la justicia de Dios a la humanidad. Los descendientes de Heber fueron elegidos para ser ese pueblo(y ahora entendemos por qué). En ellos Dios creó la Iglesia del Antiguo Testamento basada en la Ley dada por Moisés y en las palabras de los profetas.

 Sin embargo, la idea misma de construir una ciudad y una torre con el objetivo de alcanzar, en las condiciones terrenales, la bienaventuranza y la omnipotencia y ese conocimiento que se necesita para su supuesta realización, no pereció, sino que se conservó en la memoria de las lenguas. Tras el terrible derrumbe de la torre era peligroso predicarlo abiertamente. Por lo tanto, este conocimiento fue cuidadosamente encapsulado y codificado en símbolos y rituales como un tesoro escondido (oculto), y fue preservado y transmitido a través de diversos sistemas 'iniciáticos' en las castas sacerdotales egipcias y babilónicas antiguas, en algunas de las castas de la India, el Lejano Oriente y América, en las escuelas pitagóricas de Grecia, en las sociedades secretas de Constantinopla, en el Gnosticismo 'cristiano', en el Templarismo, en medio de los Trovadores, en tribunales secretos, en sectas heréticas, en enormes organizaciones de constructores franc-masones de la Europa Gótica. Y en todas partes donde estas sociedades adquirieron una influencia significativa, un esfuerzo por el monumentalismo en las construcciones se hizo sentir vívidamente. Por lo tanto, no sería un error considerar las pirámides de Egipto y América, los zigurats de Babilonia, algunos de los templos y pagodas de la India y Asia y las catedrales y castillos góticos como una especie de 'repeticiones', experimentos, reminiscencias o modelos de la Babilonia bíblica (torre en la cima de los cielos). Recuerdo que me llamó mucho la atención la estructura interior de la cámara funeraria del kurgan de los reyes en Kerch (en Crimea). La base rectangular de la cámara (el piso y el nivel inferior de las paredes) se 'convierté' gradualmente en un círculo, y luego en un sistema de círculos que disminuyen gradualmente. Esto recuerda tanto a los zigurats como a la solución gráfica del problema matemático de la cuadratura del círculo; el problema favorito de los ocultistas de la antigüedad. Tales cámaras todavía existen en Crimea, y también en muchos otros lugares del mundo helénico. 

¿Cuál es la esencia espiritual de este problema? El círculo es el símbolo del infinito y de la eternidad, y en este sentido es uno de los símbolos de Dios. El cuadrado (y el polígono en general) es una imagen del límite y lo finito. Lo finito y lo limitado (el hombre) se trasmuta(debe convertirse) en lo infinito y lo eterno, convirtiéndose como dios










La solución matemática de este problema es en principio imposible: el cuadrado nunca puede convertirse en círculo, el polígono puede aproximarse infinitamente al círculo correspondiente, pero nunca puede convertirse en él. Y, sin embargo, intentaron obstinadamente (e intentan) resolver este problema. Esto es muy similar a la situación con 'la piedra filosofal'. Este último está vinculado no solo (e incluso no tanto) con la alquimia química (el intento de obtener oro mediante el análisis y luego la síntesis de elementos de diversos materiales). Hay una más importante y más profunda alquimia filosófica. La esencia de su enseñanza es que primero es necesario reducir analíticamente todo lo que existe (objetos materiales, sociedad, moralidad, la personalidad del hombre en general) a sus elementos constituyentes, y convertir todo en caos, porque Dios comenzó la creación del mundo a partir del caos. Entonces será posible 'por un camino revolucionario' apoderarse ese punto que es Dios en el acto de crear el mundo (esta es la 'piedra filosofal') y el hombre recibirá la posibilidad, en el lugar de Dios y a pesar de Él, de crear como dios un nuevo mundo mediante el poder de su propia imaginación, sintetizando de manera arbitraria los elementos del ser disuelto. Los alquimistas tenían razón al pensar que este 'punto' existe. Además, no está fuera del hombre, sino en el hombre mismo, en la medida en que el hombre es creado. según la imagen y semejanza de Dios y tiene en sí mismo Su presencia misteriosa. ¡Pero en principio es imposible captar este punto 'de una manera revolucionaria' y a pesar de Dios! Se convertirá en la herencia del hombre solo en el Reino de los Cielos, en la tierra nueva bajo el nuevo cielo (Apocalipsis 21.1), el camino en el cual se yace Cristo y no a través del orgullo (la condición del diablo), sino a través de la extrema humildad y amor por Dios y las personas (la condición del Señor Jesucristo). 

Todas estas 'sabidurías' ocultas (las llamaremos como conocimiento secreto babilónico) fueron recibidas por cierta élite del rabinato judío del antiguo reino Babilónico , donde el pueblo judío había sido reasentado casi por completo mucho antes de la Primera Venida de Cristo. Es así que, para el momento de esta Venida, el conocimiento secreto babilónico y, naturalmente, la adoración del diablo vinculada a este había logrado extenderse y fortalecerse entre los judíos, lo que finalmente conllevo al final al rechazo del verdadero Mesías, Jesucristo, en los descendientes de Heber en la carne (pero no en el espíritu) y a la crucifixión de Cristo. Por eso a los judíos que no querían creer en Él y que decían que nuestro padre es Dios, Cristo les objetó, diciendo: Vuestro padre es el diablo y queréis cumplir los deseos de tu padre (Juan 8.44). En boca del Salvador, esta no era 'una expresión figurativa' cuyo objetivo era ofender a quienes discutían con él; era el exponer de manera amenazante su adoración oculta al diablo como dios en los secretos espirituales de su sociedad. El quid de la cuestión era que en el sistema babilonio (caldeo), y luego en la Cábala Hebrea, está presente no solo el panteísmo, sino también, a un nivel más profundo, el dualismo religioso-filosófico: la fe en DOS dioses. Un dios es el Dios de las Escrituras, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, mientras que el otro es aquel a quien las Escrituras llaman el diablo, la estrella de la mañana, el arcángel caído, satanás – la antigua serpiente (en la literatura posterior a veces figura como; Lucifer, es decir, el 'portador de la luz'). Entre estos dos dioses se libra una lucha. En el primer período de la historia prevaleció el Dios de las Escrituras, pero en el segundo período el segundo 'dios'; Lucifer, debe vencer. Esto está simbolizado por la estrella de seis puntas de dos triángulos iguales y constituye el secreto del Talmud y las otras enseñanzas secretas. La victoria del segundo dios Lucifer debe lograrse a través de una persona especial (una súper-persona) dotada por el diablo de poderes y habilidades excepcionales. Esta persona es el Gran Rey Judío, ese 'mesías' a quien los judíos todavía esperan (sin haber recibido al verdadero Mesías, Jesucristo) y que también es llamado el Anticristo. El número del nombre del hombre es seiscientos sesenta y seis. Para que esta persona pueda adquirir un poder real sobre todo el mundo, este mundo debe ser unido en una cierta estructura única gobernada desde el centro, que está en manos de los judíos. Pero cómo atraer a tal obra a los no judíos, a los no Hebreos (los goyim, como los judíos llaman a personas de otras nacionalidades)? Con este objetivo, el movimiento puramente espiritual y político de 'canteros libres' o 'albañiles'.. fue creado. Aquí, en las logias masónicas, los judíos, o más exactamente los judíos Talmúdicos, alcanzaron la libertad, la igualdad y la 'hermandad' con representantes de otras (cualesquiera otras) nacionalidades, y también atrajeron a estos últimos a su trabajo, que se convirtió en un 'trabajo común' (en latín, literalmente res-publica).

De esto se puede entender por qué todas las revoluciones sin excepción han llevado a la destrucción de autoridades y órdenes legítimas y a la victoria de los sistemas republicanos, teniendo como detonador y principal fuerza motriz a los judíos y la Masonería. Además, estas revoluciones fueron también los primeros experimentos sociales en la destrucción de la vida y su conversión en caos para "construir un mundo nuevo "donde" el que no era nada se podia convertir en cualquiera". Además, la envidia de los nadies que han venido a ser, según su parecer, en 'todo', se ha aplicado en todas las revoluciones para la destrucción masiva de los disidentes, de aquellos que son incapaces de pensar 'como es necesario', o que son capaces de pensar. Por lo tanto, se han esforzado por convertir a las 'masas' restantes en obedientes. esclavos' conscientes ' de los líderes revolucionarios.

Desde finales del XVIII la masonería del siglo ha centrado en sí misma el conocimiento secreto babilónico de las edades precedentes y ha extendido gradualmente su influencia sobre toda la vida sociopolítica y económica de la humanidad contemporánea, en la medida de que el conocimiento secreto indicado y el sistema de iniciación se ha preservado en casi todos (aunque no en todos) los pueblos, como hemos visto, desde los tiempos de Babilonia torre a la cima de los cielos. No es de extrañar, por tanto, que en sus obras puramente arquitectónico-constructivas y de otro tipo los babilónicos contemporáneos se hayan sentido atraídos constantemente hacia el monumentalismo, hacia la altura (los rascacielos, la torre Eiffel, otros edificios altos, vuelos cada vez más altos, directamente al espacio...). Una vez, en la década de 1970, un astronauta soviético y un científico académico hablaban en televisión. Al unisono dijeron que la importancia de los vuelos al espacio no consistía en que pudieran beneficiar a las personas en la tierra, sino en el hecho de que eran 'la autoafirmación de la humanidad'; 'el hombre como amo de la tierra ahora está entrando en posesión de todo el universo' (recuerdo estas expresiones textualmente). Ahí están de manera desembozada: el orgullo y el deseo para llegar a ser como dioses…

Y es así como de esta manera apareció en la historia una especie de Anti-Iglesia, o iglesia de los malhechores, como la llama el rey y profeta David. ¡Es interesante que los descendientes del justo Heber se unieran a esta y entraran en la misma! Y no entraron simplemente , sino que se convirtieron en su núcleo principal, la base del poder del Anticristo. Si Heber recibió la gracia de Dios por su negativa a participar en la construcción del ciudad y torre hasta la cima de los cielos y por esto se consideró digno del hecho de que fue en su posteridad donde se preparó la venida del verdadero Mesías, el Salvador del mundo, luego, después de Su rechazo en esta misma posteridad, nada menos que los judíos se convirtieron en los maestros constructores más importantes de la nueva torre contemporánea de Babel, en cuya cima espiritual-histórica se espera la venida y entronización temporal del falso mesías, el destructor del mundo, el Anticristo.

 Ahora se comprende completamente por qué en el Apocalipsis de Juan el Teólogo se la denomina como Babilonia la Grande, madre de rameras y abominaciones de la tierra, y aparece en forma de mujer sentada sobre una bestia escarlata que estaba llena de nombres de blasfemia (Apocalipisis 17.3-6). Este es la iglesia de los malhechores universal, cuya base es la antigua Iglesia del Antiguo Testamento del antiguo Israel, que estaba comprometida con Dios pero que lo traicionó en adulterio con el diablo.

 Este adulterio se muestra, en esencia, con rasgos idénticos a los de la construcción de la antigua torre de Babel. Artificialmente y deliberadamente separada de cualquier idea, incluso hipotética, de la presencia divina, el conocimiento frío, cuyos métodos son el análisis, que descompone lo vivo e integral en sus elementos constituyentes y, por lo tanto, lo mata, y la síntesis, que no puede construir nada más que un cadáver a partir de elementos muertos: un sincretismo sin alma y perjudicial y, finalmente, el racionalismo (máximo beneficio con mínimo gasto).       

Este último presupone inevitablemente que este beneficio mismo se cristalice en ORO, el objetivo más importante de la producción, el único "dios" de todo emprendimiento y economía. Siempre ha existido en la humanidad, como fenómeno psicológico, el deseo de enriquecimiento, siempre ha habido comercio e intercambio, guerras y saqueos, ¡pero no ha habido mil años de capitalismo y progreso científico-técnico! ¿Eran las personas tan estúpidas, tan subdesarrolladas? ¡No! Se han construido hermosos palacios y templos, pirámides y murallas chinas, Pitágoras y Arquímedes han obrado, las artes y oficios han alcanzado una sutileza inaudita, mientras que no había capitalismo ni "progreso". Las perfecciones únicas que surgieron en una u otra esfera del trabajo no pueden llamarse de ninguna manera 'progreso' como la comprensión contemporánea lo entiende. ¿A que nos referimos?  

Estamos hablando del hecho de que en todos los pueblos existía una percepción sacral del trabajo y su tecnología. El trabajo era una acción divina, los métodos y procesos tecnológicos eran rituales casi sagrados; correspondían al modo de acción de los poderes superiores y les servían. Por lo tanto, todo cambio sustantivo en la tecnología con el objetivo de obtener mayores ganancias se evaluó como un delito de naturaleza religioso-moral. Solo una religión que poseyera como uno de sus mandamientos, o virtudes religiosas, la acumulación de oro y riquezas, podría romper esta percepción. El judaísmo talmúdico se convirtió en esta religión. No en vano la usura de la antigüedad se convirtió en la ocupación más típica de la diáspora judía.(2) Habiendo acumulado mucho oro, los israelitas no pudieron, sin embargo,' extender sus alas ' con él, ya que en prácticamente todos los países y pueblos eran un elemento extraño y estaban severamente restringids en sus derechos. Las revoluciones europeas, comenzando con las revoluciones holandesa e inglesa en el siglo XVII y terminando con las revoluciones francesa y rusa, rompió este bloqueo, garantizando a los judíos 'libertad, igualdad y hermandad' con los no judíos no solo dentro de los límites del movimiento masónico, sino también en la sociedad en general. Con su ayuda, se convirtieron en el mecanismo impulsor de la lujuria por el oro y su adoración en todos los pueblos europeos, que para entonces también habían poblado el Nuevo Mundo. Así comenzó el maldito capitalismo y el progreso científico-técnico. En su base estaba la tasa de interés de los usureros. ¿Y qué es eso en esencia? Te doy 100 unidades de algo, y estás obligado a devolver, por ejemplo, 120 o 130. Esto es robo legalizado, robo legal. Sin embargo, todo se basa en esta tasa de interés: la producción con su 'plusvalía', la banca, las operaciones crediticias. El banco todopoderoso con su Tasa de Interés todopoderosa se encuentra en el centro de toda civilización del universo, que por lo tanto podemos llamar, sin ninguna exageración ni sin esforzarnos mucho, la civilización del ladrón.

Todo esto es particularmente evidente si nos elevamos en pensamiento, por así decirlo, a la cima del Empire State Building de la Torre de Babel contemporánea. Desde allí también podemos ver que el oro es el "dios" no solo para los profanos. Para los 'hermanos'-albañiles iniciados en los escalones superiores (grados), es solo un medio para obtener el control de la vida externa del mundo para entregarla en posesión del 'Gran Arquitecto del Universo' – Lucifer. Es precisamente en esta dirección que se mueve todo lo que hace 'girar' a la gente en la Babilonia de hoy. En los EE. UU. es simplemente más evidente que en otros países, pero lo mismo está ocurriendo en ellos también.

En este loco zigurat del torre a la cima de los cielos También se está dibujando el 'cristianismo', el cristianismo que ha apostatado o está apostatando de la manera fiel, ortodoxa, de el Camino, la Verdad y la Vida, que es Jesucristo. Las iglesias del movimiento' ecuménico ' que solían ser ortodoxas recientemente se están fusionando y fraternizando con la herejía e incluso con las religiones no cristianas. La idea es sintetizar los elementos analíticamente inconexos de varias religiones en una sola religión e iglesia (sintéticas), en 'la religión del futuro' . Voluntariamente y con pasos firmes, el Patriarcado de Moscú también está caminando en este movimiento y está tratando de atraer al rebaño ruso con él, señalando astutamente el ejemplo de otras iglesias locales, como Constantinopla o la Autocefalia estadounidense. 

El Consejo Nacional de Iglesias de los EE. UU. estuvo recientemente encabezado por primera vez por un sacerdote 'ortodoxo' de esta iglesia Autocéfala, al mismo tiempo que una importante comunidad griega dejo este concilio porque había decidido recibir en su membresía una 'iglesia' de homosexuales y permitir la ordenación en ciertas 'iglesias' protestantes de mujeres, y también sodomitas y lesbianas al sacerdocio( e incluso ahora al episcopado) . Un caso que nos dice mucho sobre 'la religión del futuro'. La rápida multiplicación de todos tipo  de perversiones sexuales en la Babilonia contemporánea no es casualidad: se trata de un regreso a Sodoma, que fue destruida por el fuego. Pero la actual Babilonia será destruida por fuego, como dicen las Escrituras Apostólicas. Sin embargo, ya ha comenzado a arder, por así decirlo. Como siempre y en todo, el diablo, Lucifer, está engañando a los desafortunados babilonios y a los no menos desafortunados judíos, de quienes se dice que dicen que son judíos, y no lo son, sino que son una sinagoga de Satanás. (Apocalipsis 2.9). Él no es Dios, sino una creación de Dios, un arcángel caído, y nada inspirado por él podrá resistir, sino que será destruido en la Segunda Venida Gloriosa de Cristo. Y él ya está empezando a ser destruido. La industria contemporánea está condenada a sufrir una catástrofe ecológica universal. Los propios albañiles ya están asustados, temen asfixiarse. Han aparecido los 'Límites del Crecimiento' del club de Roma, un club de productores de energía que está planeando un libro similar. Pero tarde. Demasiado tarde. Babilonia ha comenzado a devorarse a sí misma con imparable rapidez.

(Texto extraído del libro de Vladimir Moss Apocalypse the book of the End, que se corresponde a "La Babilonia Universal" Pravoslavnaia Zhizn’, 53, N 5 (640), Mayo, 2003, p. 16 (original en idioma ruso).

REFERENCIAS

(1) Nota de Traductor - Jorge Amartolo, también conocido como Jorge el Monje, o Hamartolos o también como Hamartulus; fue un importante cronista romano oriental durante el periodo de la Dinastia Macedonica. 

(2)  N. de T. - Frente a las objeciones que se puedan levantar, de que los judios estaban condenados por las preescripciones cristianas a dedicarse a la labor de prestamistas. Le recomendamos al lector la lectura de Los judíos y la vida económica del sociologo Werner Sombart


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