Icono pascual de la Resurrección de Cristo
La Pascua
de Cristo es el objetivo final de la dispensación de Dios, la materialización
de todas las profecías, de todas las Santas Escrituras.
Los
Apóstoles comenzaron la predicación universal, sobre la Resurrección de Cristo у con esta predicación conquistaron
el mundo pagano.
Toda
nuestra fe, toda nuestra liturgia emergió del sepulcro junto a Cristo Resucitado,
porque según San Pablo:
"Si
Cristo no Resucito vana es entonces nuestra predicación, vana es entonces
nuestra fe"(I Cor.15:14).
Sin la
Resurrección de Cristo simplemente no puede haber ningún tipo de cristianismo.
Denominar соmо dogma; la Resurrección de Cristo, no es
suficiente, esto es el dogma de los dogmas. Así соmо convergen al océano todos los ríos, riachos у arroyos, así todas las enseñanzas cristianas
convergen у culminan en
la Resurrección de Cristo.
Este es el significado de la Pascua: La culminación de todas las Festividades, el corazón de la Santa Iglesia Ortodoxa. Por eso no es de extrañar que, contra la Resurrección de Cristo, estén dirigidas todas las fuerzas del enemigo de la raza humana, el demonio. Este antiquísimo mal.
¿Cómo ha
logrado que nuestros hermanos cristianos de occidente hayan trastocado sus
corazones de la Pascua a la Navidad convirtiendo a esta última en el centro de
sus vidas espirituales? ¿Cómo el medio se ha convertido en el fin?
Es casi
imposible advertir en qué momento de la historia, Roma у con ella todo el occidente
cristiano, realizaron este cambio espiritual, la Pascua por la Navidad.
¿Cómo ha
podido la Luna ocupar el lugar del Sol, el astro mayor?
pero ocurrido el trueque, todo occidente
comenzó a vivir otra vida espiritual; transformo totalmente su rostro místico
sacramental. Esta centralización de la vida espiritual de occidente alrededor
de la Navidad, no puede solo ser llamada herejía; esto es peor que una herejía,
esto únicamente puede ser llamado un trueque, tanto о más peligroso, por cuanto entro en la historia
embaucadora e imperceptiblemente, desde adentro derrumbo la verdadera
cosmovisión cristiana.
Cuando
enumeramos todas las herejías, con las cuales fueron aprehendidos los
cristianos occidentales; el filioque, la infalibilidad del Papa, la Inmaculada
Concepción, el purgatorio, la no veneración de los Iconos, la no veneración de
la Madre de Dios etc.., este cambio de orientación en la vida espiritual, de la Pascua a la
Navidad, podemos sin temor, considerarlo соmо la consecuencia moral de todas las herejías juntas; el cemento que
amalgamo todas esas falsedades, que se consumaron en la parte más sagrada de la
actividad del hombre; en su vida espiritual, moral, sacramental у de oración.
En relación
de este trueque de la Pascua por la Navidad, se puede encontrar solo un pasaje
del Evangelio у es
cuando el Apóstol Pedro aun no iluminado por el Espíritu Santo, trata de
convencer al Señor de que no vaya a Jerusalén, donde lo esperaban muchos
sufrimientos.
Desde aquel
tiempo comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le convenía ir a
Jerusalén, a padecer mucho de los ancianos, de los príncipes, de los sacerdotes у de los escribas; у ser muerto у
resucitar al tercer día. Y Pedro, tomándolo aparte comenzó a reprenderle
diciendo:
“-Señor,
ten compasión de Ti; de ninguna manera esto te acontezca-. Entonces El,
volviéndose dijo a Pedro; -Quítate delante de Mi Satanás, Me eres escándalo;
porque no entiendes lo que es de Dios, sino lo que es de los hombres”. (Mat.16:21-23).
Seguramente motivado por sentimientos muy sinceros, el Apóstol Pedro trataba de retener a Jesucristo en la tierra, pero fue severamente reprobado. Sin temor a tergiversar el sentido de la respuesta del Señor, se lo puede expresar соmо ¡Lo importante no es la Navidad sino la Resurrección!.
Si el
demonio ha podido, subrepticiamente, colocar en segundo lugar la Pascua de
Cristo, Su Resurrección de entre los muertos, cuanto más fácil le ha sido
colocar la fe de la Resurrección de todos los muertos, no solo en segundo
lugar, sino convertirla en una fabula, en una especie de mito. Este ha sido el
segundo paso del Diablo en su lucha contra la Iglesia.
En el
contorno de tal espiritual neblina, se ha olvidado completamente que al hombre,
Dios lo ha creado perfecto e inmortal, que la muerte es una consecuencia del
pecado, un castigo temporario, aunque dura tanto соmо la misma humanidad, mas en el tiempo, es temporal, puesto que en el fin
de este mundo Dios resucitara a todos los muertos, es decir, restablecerá la inmortalidad
del hombre en el gozo eterno о la inmortalidad en el tormento eterno, pero en ambos casos lo
retrotraerá a su condición inicial, simplemente suprimiendo el tiempo.
"Y el
Ángel que vi estar sobre el mar у sobre la tierra, levanto su mano al Cielo у juro por El que vive para siempre jamás, que
ha creado el cielo у
las cosas que están en él, que el tiempo no será más.(Ap.10; 5-6).
La tragedia
de toda la humanidad pensante contemporánea, consiste en que comenzó a ver al
hombre condenado, mortal у enfermo, соmо un ser normal, соmо un criterio у estudiándolo comenzaron a surgir objetivamente
estudios filosóficos у
sistemas políticos, conclusiones científicas de carácter muchas veces absoluto у terminante.
Es lo mismo
que traer de la cárcel a un convicto, psíquica у físicamente enfermo, condenado у encadenado у estudiarlo соmо a un ser normal у con todos los datos obtenidos sacar
conclusiones sobre el origen del hombre у ofrecer la receta de la más correcta forma de
vida, tanto personal, соmо familiar у estatal.
Solo la
Resurrección del "Primogénito entre los muertos", el Salvador
Jesucristo, Dios у
Hombre у la
Resurrección general de todos los muertos, es la clave para comprender
correctamente al cosmos, la tierra y el género humano.
Nada se puede
comprender sin ésta verdad; y todas las ciencias acerca del hombre, su esencia
y su actividad, sin la enseñanza sobre la resurrección y la inmortalidad, sin
este Alfa y Omega de la existencia resultan muertas en su esencia y espíritu.
Y es por eso que únicamente la Iglesia Ortodoxa en toda su plenitud, tal como el diapasón de Dios, presenta al hombre en todas las etapas de su existencia: su creación por Dios y luego, por su pecado, la caída que lleva a la muerte, su resurrección y la inmortalidad; y no en un pequeño intervalo de su vida en su insignificante permanencia sobre la tierra, en condición de caído, condenado y pecador.
Ciertamente
los ruidosos seguidores de Darwin, el propio Freud, Hegel y otros, ateos
materialistas, no son más ni menos que auténticos fisgoneadores que miraron al
hombre y a todo el mundo a través del ojo de una cerradura, rendija de su
limitada concepción del mundo.
La mejor
demostración de las "bondades" de estos sistemas filosóficos, de
estas enseñanzas políticas y teóricas, constituyen sus terribles consecuencias
morales; cuanto a pecado y después de él, cuánto dolor, lágrimas y sangre
causaron al género humano.
La
Resurrección de Cristo es aquella piedra angular de la que prescindieron los
orgullosos constructores de este mundo; pero para su vergüenza, resultó ser la
piedra angular de la creación.
METROPOLITANO VITALY Mayo de 1983
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