LA DIMISIÓN DE ROCOR, EL SÍNODO DEL METROPOLITA AGATHANGEL, Y LA ECLESIOLOGIA DEL "SINODO DE RESISTENCIA" CYPRIANITA
Por el
Padre Stephen Allen (GOC)
Introducción
El sínodo
comúnmente llamado “ROCOR-A”, esto es, la jerarquía de la Iglesia Ortodoxa Rusa
fuera de Rusia bajo la presidencia del Metropolita Agathangel de Odessa, afirma
que su jerarquía es la única sucesora canoníca de la jerarquía de el ROCOR tal
como existía antes de la sumisión total
de los obispos de ROCOR, excepto los 10 obispos de Agathangel, a el Patriarcado
de Moscú en 2007. Esta afirmación se basa en tres aseveraciones:
Afirmación
1: Agathangel de Odessa fue el único que lucho en contra de los obispos del
Patriarcado de Moscú que permanecieron como leales y obedientes miembros del
sínodo de Laurus hasta un mejor fin de la ROCOR como se conocía.
El rompió
con ellos en el último minuto debido a que ser absorbido dentro del Patriarcado
de Moscú era simplemente mucho para tragar.
A diferencia de numerosos actos no-canónicos ni ortodoxos anteriores de
la ROCOR, de los cuales, aun con mal gusto, - o quizás no – todavía seguían
estando dentro del ámbito de la palatabilidad para el obispo Agathangel. En la
base de esta distinción, el clama tener el manto de la sucesión. Por así
decirlo, él fue el único hombre que queda en pie tras la lucha, ya que los
obispos de ROCOR que providencialmente pudieron escapar del control del
fatalmente infiltrado sínodo de Nueva York antes de 2007 – tales como Valentin
de Suzdal, el Metropolita Vitaly, Lazaro (Zhurbenko) - fueron subsecuentemente
declarados como herejes y excomulgados.
Por eso,
acorde a la posición de Agathangel, nosotros tenemos tres secciones de obispos
o ex-obispos de ROCOR a partir de 2007:
a. Falsos obispos que realizan
misterios no validos dentro de Iglesias falsas como ROAC, RTOC, ROCiE, etc.
b. Verdaderos obispos que realizan
misterios validos dentro de la verdadera iglesia del Patriarcado de Moscú: Arzobispo
Mark, Arzobispo Laurus y compañía
c. Solo una solo obispo verdadero que
Agathangel que no eligió unirse con los obispos verdaderos, sus hermanos
amados, en su imprudente sumisión a la Iglesia dadora de gracia (grace bearing)
y verdadera del Patriarcado de Moscú.
Afirmación
2: A diferencia de sus rivales, el Metropolita Agathangel y su sínodo, leal y
obedientemente aceptaron todas las disposiciones y actas de la ROCOR antes de
su desafortunada decisión de ser tragada
por el Patriarcado de Moscú.
Esto incluye la decisión de 1994 de proclamar la
teoría del Metropolita Cipriano de Fili con respecto al status de los “herejes
sin ser condenados” como una antigua enseñanza de la Iglesia Ortodoxa, y entrar
en comunión con el “Sínodo de la Resistencia” bajo el Metropolita Cipriano (y
por lo tanto, destruir definitivamente la posibilidad de comunión con el Sínodo
de los Genuinos Cristianos Ortodoxos) precisamente a la hora de abrazar esta
teoría.
Afirmación
3: El Metropolita Agathangel lógicamente
busco a continuación a sus hermanos “moderados” del Sínodo en la Resistencia
para consagrar a otros obispos de la ROCOR-A.
Este acto
final y ontológicamente ungio a su grupo en el estatus de la “ROCOR real”,
desde, como se es bien conocido, la “ROCOR real” era ciprianita en su
eclesiología y en sus alianzas eclesiales.
¿En la
Iglesia de los genuinos cristianos ortodoxos como debemos considerar las
demandas de los agathangelistas? Comencemos examinando la posición
eclesiológica de la ROCOR antes de 1994, y luego desde 1994 hasta 2007.
Parte I: Sumario Histórico
A. La posición Eclesiológica de ROCOR en relación a la Ortodoxia “Mundial” antes de 1994
Desde el
principio, uno debe de reconocer que la ROCOR nunca rompió formalmente comunión
con ninguna jurisdicción de la Ortodoxia Mundial con excepción del Patriarcado
de Moscú, el cisma parisino de Evlogian, y la Metropolia de Norte-América/el
Cisma de OCA, y otros grupos rusos.
Muchos de
la Genuina Iglesia Ortodoxa de Grecia, usando durante décadas detallados,
agonizantes y cuidadosas articulaciones de argumentos desapasionados sobre
eclesiología, encontraron de manera
difícil el darse cuenta que durante la mayor parte de su historia, la mayoría
de los obispos y clérigos de ROCOR no han pensado cuidadosamente sobre tales
cuestiones, excepto quizás en lo que concierne al Patriarcado de Moscú y otros
grupos rusos. Habían individualidades sobresalientes en la ROCOR, como la del
santo Confesor Metropolita Philaret, que vio claramente como la ROCOR debía
hacer frente a la apostasía universal de la “Ortodoxia Mundial”, pero muchos de
los clérigos y obispos de ROCOR simplemente tuvieron una aversión instintiva
(aunque sana) por el modernismo y ecumenismo que nunca les llevo lejos; para
poder entender el proceso de necesario de tratamiento racional para realizar
decisiones claras sobre esos problemas.
Las
políticas oficiales de ROCOR, en relación con la concelebración con aquellas
jurisdicciones que hemos mencionado atrás nunca fueron consistentes, y la
política que se desarrollo en la década de los 60s y años subsiguientes, fue
mayoritariamente de no concelebrar, aunque siempre se realizo de facto, y nunca
se escribió de jure. El sínodo de ROCOR permitió a los obispos diocesanos una
casi completa discreción sobre este asunto, por lo que en práctica vario (el
tratamiento del asunto) de diócesis en diócesis. El contraste más obvio fue
entre las diócesis de Norteamérica, que eran generalmente estrictas, y las
diócesis europeas, donde la mayoría de sus clérigos, siguiendo el liderazgo de
su “abba”, el Arzobispo Antonhy de Geneva, que siempre se vio asimismo como
parte del “Mundo” ortodoxo y estaban dispuestos a concelebrar con cualquier
otro que no sean soviéticos y los evlogianos, incluidos los del Patriarcado
Ecuménico.
Por eso es que
el hecho de que ROCOR al tener clérigos y obispos completamente pro-Ortodoxia
Mundial y que a su vez se negara que el ecumenismo de la Ortodoxia “Mundial”
fuera un impedimento para concelebrar y naturalmente estos rechazaban el
anatematizar en voz alta a los ecumenistas. Pero ROCOR como un cuerpo nunca
fijo su posición de grupo como siendo una posición de ROCOR – ellos actuaban
individualmente, o como mucho, como diócesis individuales, hasta el 2007,
cuando su posición se volvió la oficial de la línea de la ROCOR-Patriarcado de
Moscú.
La ROCOR
también ha tenido un largo “mainstream” (corriente de pensamiento) de obispos y
clérigos que no han querido rezar con los ecumenistas pero que retrocedieron
sentimentalmente de decir que su realidad era que realmente estaban fuera de la
Iglesia. Sin embargo, hasta 1994, la ROCOR nunca se subscribió de forma
explícita y hecha y derecha sobre la posición Cyprianista catafactica, que de
fide cree que los “herejes sin ser
condenados” tienen garantizada la permanencia en la Iglesia y que creer otra
cosa que esta posición es no-ortodoxo.
Hubo
también en el medio de toda esta confusión, un pequeño pero distinguido grupo
de obispos y clérigos de ROCOR que sostuvieron una posición Ortodoxa clara y
articulada: que era notorio que los impertinentes obispos herejes debían de ser
considerados como pseudo-obispos aun incluso antes de un juicio conciliar, pero
esto fue pensado solo de manera individual, o, como mucho, se dio a un nivel
diocesano. Durante el largo reinado del Metropolita Philaret, este partido
“estricto” tomo la delantera en la formación de la mentalidad y en la
proyección de la imagen pública de la ROCOR y fue gracias a su influencia que
la política de facto de no concelebración extendió orgánicamente a través de la
mayor parte de las diócesis de ROCOR. Su posición, sin embargo – que era que
los ecumenistas eran simplemente, obviamente herejes que estaban fuera de la
Iglesia – nunca fue formalmente adoptada por el sínodo de ROCOR. Durante el triste reino crepuscular del
Metropolita Vitaly, que nunca se pudo ver capaz de tomar una decisión de qué
lado el estaba, este partido perdió completamente su control sobre la dirección
de la Iglesia.
El primer
acto sinodal de la ROCOR que se estuvo cerca de afirmar alguna posición clara
fue el anatema de 1983, pero este anatema como base canoníca para romper
formalmente comunión con las jerarquías de la Ortodoxia Mundial fue
públicamente rechazada en la Encíclica de la Natividad de 1986 del Met. Vitaly,
que mantuvo claramente que el Anathema no se aplica a nadie, una posición que
los otros miembros de su sínodo no negaron. A partir de ese momento, el anatema
era letra muerta, había catedrales inclusive donde los obispos que las regían
desdeñaban incluso de proclamarla pro forma en el Domingo de la Ortodoxia. La
decisión de 1994 con respecto al Cyprianismo destruyo finalmente cualquier
remanente de posibilidad de que la ROCOR pudiera formalmente afirmar que un
concilio local podría anatematizar a herejes, y mucho menos a un hereje que
este fuera de la iglesia, incluso antes de un juicio conciliar.
El
“mainstream de la vieja ROCOR” que actuó para examinar la tradición canoníca y
empleo este criterio para romper comunión con los herejes la he dilucidado
perfectamente por una breve respuesta que me dio el obispo Cirilo de Seattle,
el presente Arzobispo ROCOR-MP de San Francisco, cuando hable con él en su
habitaciones debajo de la Iglesia de la Resurrección de la 6ta avenida de San
Francisco, en Diciembre de 1999:
Padre
Steven: “Vladika, nuestros obispos simplemente deben de determinar los
criterios canónicos para permanecer en comunión
o romper comunión con las otras
jerarquías, para luego actuar formalmente sobre ellos en lo respectivo a la
“Ortodoxia Mundial”. Este es un asunto de nuestra supervivencia espiritual”
Obispo
Cirilo: “Padre Steven, no sé de esas cosas y no quiero saber de esas cosas”
Eso lo dice
todo.
Lo que
llevo a la ROCOR a estar en unidad, humanamente hablando, no era, entonces, una
eclesiología articulada, sino era más bien un patriotismo ruso, el
anti-comunismo de la Guerra Fría, y era instintivamente una piedad
conservadora. Sus obispos eran los responsables de gobernar una vasta diáspora
extendida por todo el mundo cuyos
clérigos cayeron en todas partes en el espectro de opinión que concernía a
todos los asuntos de la Iglesia, y el Concilio de Obispos siempre prefirió la
evasión o la unión antes que la claridad con sus concomitantes; o sea, la
confrontación. Como un cuerpo, a pesar de su noble historia y de ejemplos
destacados de piedad y de amor pastoral de muchos obispos y sacerdotes
piadosos, la ROCOR nunca trato de forma realista o efectiva la creciente apostasía del ecumenismo. En el
final, la falta de una posición clara y defendible dejo sin vigilancia a una
ciudad abierta a sus enemigos que la destruyeron.
Cuando el
Met. Agathangel y su vocero, hablan de sostener
“la actitud de la ROCOR tradicional” respecto a la eclesiología, esta
posición es difícil de negar o de confirmar, ya que no se puede identificar una
“eclesiología tradicional de la ROCOR”, solo una cacofonía de sentimientos
contradictorios expresados por opiniones rudimentarias imperceptibles una “voz
apacible y delicada” de una eclesiología verdadera que era articulada por una
minoría cada vez más impotente.
Siendo una
creación artificial y ajena – la teoría cyprianita – sin embargo, fue importada
un día como un arma con la que el partido pro-Patriarcado de Moscú planeo
asestar un golpe de muerte en su lucha a muerte larga y sistemática en contra
de la libertad y la Ortodoxia de la ROCOR.
B. La Unión de 1994 con el “Sínodo de la Resistencia”
Los agentes del gobierno ruso y su filial, el Patriarcado de Moscú, que estaban orquestando una campaña para aplastar a la ROCOR bajo los pies del MP con cada vez mayor éxito a través del transcurso de la década de 1990, sabían que no podían llegar a los rangos superiores de la ROCOR y presentarles de repente a esta organización criminal creada por ateístas como la Iglesia verdadera, y mucho menos como la “Iglesia madre”. Todo el mundo conoce que la ROCOR antecede al Patriarcado de Moscú en su forma presente y que a una organización tan obviamente falsa como el MP no le es posible constituir una jerarquía canónica para la jerarquía de la Iglesia ortodoxa rusa en la actualidad. El mainstream de ROCOR probablemente no conocía que era lo que sentía sobre cualquier otro, pero sabían lo que sentían acerca del MP: No era la Iglesia. Por otra parte, el ala derecha ROCOR no sólo lo sentía, ellos lo entendían claramente y lo podían explicar.
El
Arzobispo Mark y el Arzobispo Laurus, los heréticos testaferros de la operación
de la KGB para destruir a la ROCOR, encontraron en la teoría eclesiológica del
Met. Ciprianos un ideal caballo de Troya para llevar a cabo el reconocimiento
del MP como la Iglesia, inclusive hacia el bastión de opinión del ala derecha
de la ROCOR. Sobre las objeciones del Met. Vitaly y el Arzobispo Antony de Los
Ángeles, así como aquellos que pertenecían al retirado obispo Gregory (Grabbe),
el Concilio ROCOR de obispos (Sobor) proclamo en Julio de 1994 que la enseñanza
eclesiológica del Met. Ciprianos estaba así mismo precisamente además también
en la Iglesia Rusa en el Extranjero. Explícitamente sobre la base de esta
eclesiología compartida, la ROCOR y el "Sínodo de la Resistencia"
establecieron comunión canónica.
Las fuerzas
pro-Patriarcado de Moscú no perdieron tiempo en avivar el miasma de esta
“eclesiología moderada” a través de las filas de la derecha de la ROCOR para
intoxicar su mentalidad y debilitar su moral para defenderse. De pronto, uno
estaba escuchando todo el tiempo y en todas partes que el MP era la “Iglesia
Madre” y que “indudablemente tenía gracia”, y que negarle la gracia a esta
santa “Iglesia Madre” era “blasfemia”, etcétera. Muchos de aquellos que devinieron
en personalidades cercanas a los ciprianitas eran en su mayoría los
conservadores de ROCOR, porque históricamente fueron los conservadores que
habían sido favorables a los vetero-calendaristas griegos por sus perspectivas
y temperamento. Esta fue, tal vez, una
de las novedades de los cuales los agentes-arquitectos de la unión de 1994
habían previsto. Ahora inclusive se escuchaba decir a la vieja guardia radical
que el MP era la Iglesia con sus Misterios y que por ende “estaba llena de
gracia”.
El
siguiente paso fue ir desde “tienen la gracia y son una Iglesia” a “por lo
tanto, no debemos permanecer separados de ellos.” Las acrobacias intelectuales
de la laberíntica dialéctica Ciprianista se encuentran un poco fuera de la
capacidad de una persona ordinaria para tales sutilezas; un hecho es que, lejos
de refutarnos, los sabios del Ciprianismo frecuentemente no señalan a nosotros,
como intelectualmente inferiores. Como entrenados, ampliamente iniciados los
Resistentes – normalmente equipados con un PhD – entienden porque se niegan
rotundamente a recibir lo que firmemente creen que son los Santos Misterios por
hombres que firmemente consideran como obispos y sacerdotes reales, pero una
gnosis tan peculiar es bastante difícil de mantener para una mente convencional.
En la década de 1990, los mistagogos eruditos de esta comprensión enrarecida
eran demasiado pocos para instruir plenamente la tropa de la ROCOR, y por lo
tanto muchos de estos últimos, siendo simplemente mortales, y habiendo aceptado
“que el MP es nuestra Iglesia Madre” pudieron fácilmente tomar el siguiente
paso mental: “es inevitable que hay que unirse a ellos”.
En este
punto, Troya estaba en llamas. Con una masa crítica de la antigua ala derecha
del ROCOR cautivada por este pensamiento, como ranas hipnotizadas por la
serpiente, la labor de los leales siervos a Moscú en la jerarquía de la ROCOR
se hizo bastante fácil. La “unión” con la “iglesia” bolchevique rápidamente
había devenido en una concreción inevitable.
Cuando el
Met. Agathangel y sus seguidores, por lo tanto, marcaron su aceptación a la
doctrina ciprianita como de buena fe, uno no puede dejar de ser golpeado con
tristeza. La daga que se hundió en el corazón de su amada iglesia todavía se
les reaparece, más bien, como estándar de la Fe.
Parte II:
¿Quo vadis Agathangel?
Cuando el
Metropolita Agafangel y sus seguidores estuvieron proyectando una solución
sobre su problema de tener tan solo un obispo, ellos no decidieron
inmediatamente sobre el Sínodo de la Resistencia. Un comité del clero
agafangelita escucho a una delegación del sínodo GOC-Kousis en una reunión en
Astoria, Nueva York, en relación con la historia y la ideología de los
Resistentes. Así como uno de los delegados del GOC más tarde me informo a mí, a
ellos no se les veía demasiado interesados, sino que trataron de pasarse la
mayor parte del tiempo de buen ánimo entre ellos realizándose comentarios
divertidos. Este es enteramente el carácter del “mainstream tradicional de la
vieja ROCOR” de rigor desdeñable sobre los asuntos canónicos y dogmaticos de
forma poco spiritual y traicionera, igualada a la mentalidad
católico-romana, de donde una necedad
por Cristo bastante encantadora a menudo fluía por la botella de vodka. El
escuchar esta historia me hizo sonreír a mí con cariño al recordar los días
felices de antaño y con mis compañeros de infancia que conocía y amaba.
Asimismo, me transmitió a mí que, como
de costumbre, el “mainstream de la ROCOR” no sabía de esas cosas y no quería
saber acerca de este tipo de cosas.
Así que, como
todos lo sabemos hasta ahora, la ROCOR-A se termino yendo a los Resistentes por
sus consagraciones episcopales. Esta es la tercera aserción, por así decirlo,
con su resonante resolución con el argumento de que ellos SON la continuación
de la ROCOR: su sucesión apostólica depende completamente de sobre la
legitimidad de un sínodo reconocido –
principalmente a través de los buenos oficios de nuestro amigo el arzobispo
Marcos – como la Iglesia hermana de la ROCOR en 1994.
Cuando
defendieron su elección de aliados eclesiásticos, algunos agafangelistas que
tienen la sensación de ser ponerse medios nerviosos sobre la enseñanza
ciprianista esta pasa a ser como una “opinión personal del Met. Ciprianos de la
cual no tiene un estatus normativo”. Esto, sin embargo, no es cierto. La
eclesiología de los ciprianistas no es simplemente una opinión privada del
anciano Met. Ciprianos. Es una posición formal y a menudo promulgada por su
sínodo, y es su única y formal
justificación para estar separados de la única y legitima autoridad de la
genuina iglesia griega, esta es, el Sínodo bajo el Arzobispo Crisóstomo. Ellos
no niegan esto. La entera legitimidad de la existencia del grupo ciprianista se
basa no solo en esta permisible theologumena, sino actualmente en un artículo de
fe tan antiguamente aceptado, tan universalmente conocido, tan claro, que
justifica la refutación al anciano Cipriano, en base al Canon Apostólico 34 y
el decimoquinto canon de el primer y segundo concilio para volver a reunirse
con los otros obispos Florinitas en la década de 1980.
Lo
contrario, sin embargo, es dolorosamente obvio: La posición ciprianista –- que
los notorios herejes tienen garantizado el permanecer dentro de la Iglesia
hasta ser expulsados por un concilio ecuménico de una construcción tan estricta
y peculiar que es bastante difícil de demostrar que cualquier Concilio haya
tenido lugar en esos términos en la historia de la Iglesia – lejos de estar en
la enseñanza de la Iglesia, es idiosincrásica y tortuosa, aunque inteligente,
un argumento elaborado después de los hechos en orden de justificar un cisma.
Sus instruidos defensores asiduamente emplean el mayor lenguaje cortesano y
erudito, invocando ingeniosamente a varios Padres, sorprendiendo a sus
interlocutores con genialidades de alto vuelo dialectico, para invariablemente
imprimir sus opiniones en papeles muy finos, pero sus enseñanzas, en si siguen
siendo – por desgracia – falsas.
Estos no
son solo asuntos de importancia secundaria para la ROCOR-A, debido a que el
sínodo cuya existencia solo se justifica únicamente por la afirmación de que
esta teoría es un dogma aceptado de la Iglesia católica, es precisamente ese
sínodo que proporciona los co-consagradores canónicamente requeridos para ser
los obispos de la ROCOR-A. Si la enseñanza de la Met. Cipriano no es realmente
un dogma de la Iglesia, entonces, los Ciprianistas realmente son cismáticos, y,
en caso afirmativo, ¿qué significa eso para la sucesión apostólica del Sínodo
Agathangel?
Los líderes de la ROCOR-A, cuando se decidan a
ser serios acerca de la Fe en vez de soñar con nostalgia las glorias de la
"vieja ROCOR", de la
"Ideya blanca", y así sucesivamente, tendrán que volver a
examinar la decisión de 1994, sujeta a darse una crítica honesta, e ir a dónde
la verdad lleva. Ser el "heredero genuino de la antigua ROCOR" para
una comprensión eclesiológica no es realmente una buena cosa. Es la
indiferencia del "mainstream de la antigua ROCOR" a la eclesiología
desarrollada por la KGB para
destruirlos.
Sacedote
Steven Allen
Iglesia de
san Spiridon de Detroit, Michigan, Estados Unidos,
24 de Junio del año 2010.
Onomástico
de la Natividad del santo Precursor de Cristo.
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